ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  1 de abril de 2019
                               
 

Palmas y silencios

En la ciudad de los tópicos silencios, han salido aquí a relucir últimamente bastantes palmas y palmoteos, desde llamar a los camareros antaño desde los veladores de las terrazas al "mocito saborío, toca las palmas" de la sevillana clásica. Y he cavilado que no sé si como ciudad dual que Sevilla es o como realidad por encima de los tópicos, quizá aquí más que de los silencios somos de las palmas. A ver, ¿en qué otro lugar del mundo, con lo que nos gusta aquí un cortejo, tienen las palmas su procesión, cual la del Domingo de Ramos? Que no va más gente porque no llevan detrás una agrupación musical; si no, ya te contaría. Hay palmas contra el tópico, como las que la afición bética le tocó a Messi cuando nos marcó tres chupetes. Las cosas de Sevilla: nos mete tres chupetes y encima le tocamos las palmas, ¿no te digo lo que hay?

Pero en Sevilla, frente al tópico del silencio en las cofradías de negro de la Madrugada y en las tardes de albero de la plaza de los toros, nos gusta más un aplauso que un patrocinio a Cajasol. Los cronistas taurinos clásicos, que resumían los festejos en breves telegramas de agencia, incluso hacían la gradación de las palmas. Había palmitas, palmas, aplausos y ovación al final de las faenas sin tocar pelo. No suele decirse, pero frente a los silencios, en Sevilla se aplaude a todo lo que se mueve. Y si es con tambores y cornetas detrás, ni te cuento. Con la ayuda de un lector, hago un somero Catálogo de Palmas de las que nos gustan tela.

Las palmas a cualquier detalle en los toros que no sea merecedor de tal premio ni por asomo, por una afición que ya no es lo que era. ¿Cuántos pares de banderillas se aplauden sin causa justificada, mientras se queda sin aplauso ese peón que corre el toro a una mano para dejárselo en suerte al matador?

Las palmas a compás en el Teatro de la Maestranza. Ese compás por bulerías a la jerezana que nos hemos inventado. Se le hace ese compás a cualquiera que se deje, para que diga después el topìcazo pelota de rigor: "¡Qué público más genial este sevillano, entregadísimo! Un diez para este público!". No, un diez para quien se resiste al palmoteo ambiente de ese compás nada sevillano inventado ayer por la mañana y permanece sin aplaudir ni contagiarse de cuchufleteo ambiente.

Las palmas de interrupción que se oyen, puesto en pie el personal, a cualquier pregón, por muchos ripios y topicazos que suelten desde ese atril.

Las extemporáneas palmas al final de una saeta en la salida de una cofradía seria, muy seria, que además suele ser una saeta mala, muy mala.

Las palmas que le da una figura del fútbol al árbitro en señal de protesta, ¡guasa!, palmas por la que el emcumbrado recibe su dosis correspondiente de tarjetario en sus distintas variedades cromáticas.

Las palmas a una cuadrilla de costaleros que ha hecho en la entrada en La Campana el ensayadísimo ballet del izquierdo por delante y ahora dos pasitos atrás, como para tomar impulso, vámonos que nos vamos con esta parte de la marcha tan alegre.

Las palmas que suenan en todo un restaurante a una de cuyas mesas han llevado una tarta de cumpleaños con una vela encendida y los que en ella estaban se han puesto a cantar el "cumpleaños feliz". Que al momento, qué vergüenza, es coreado por toda la sala.

Las palmas a los muertos en los entierros, cuando sacan el ataúd del tenatorio o de la iglesia donde se ha celebrado el funeral, y que me parece una absoluta falta de respeto hacia el fallecido.

Y al final, las más lamentables de todas. Esa boda que acaba de terminar, con todo el mundo vestido de tiros largos, y de pronto el señor cura que los ha casado se adelanta en el presbiterio y se dirige a los incitados a la ceremonia nupcial con la frase más hortera que escucharse pueda dentro de un templo sagrado y tras el sacramento del matrimonio: "¡Y ahora, un aplauso para los novios!". ¿A usted no le dan vergüenza ajena estos curas que piden aplausos para los novios, como si fueran los actores al final de una función de teatro?

 

 

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