|
Se
entera uno a veces de iniciativas que mueven a decir:
-- ¿Dónde hay que firmar?
La iniciativa como para buscar el boli dice: "El
delegado de Turismo del Ayuntamiento de Sevilla, el socialista
Blas Ballesteros, pedirá a sus compañeros de gobierno que se
concedan exenciones tributarias a las tiendas y comercios
tradicionales". El razonamiento es bien sencillo: los
establecimientos de toda la vida forman parte del ser de las
ciudades, de su imagen. Una ciudad son sus monumentos, sus
iglesias, sus conventos, sus museos, sus torres, sus espadañas,
sus ritos religiosos, sus tradiciones civiles, pero también son
sus gentes, el ambiente de sus calles y los establecimientos de
toda la vida, las viejas muestras pintadas sobre cristal, los
escaparates enmarcados en madera, los largos mostradores de
caoba, las estanterías como anaqueles de bibliotecas del
Congreso...
En estas cuestiones de la monumentalidad del ambiente y del
patrimonio comercial, siempre me gusta poner el ejemplo de
Londres. ¿Por que vamos a Londres? ¿Para ver el Museo
Británico o la Tate Gallery? Sí, para eso. Y para más. Sobre
todo, para dejarnos conquistar por el propio ambiente, por la
estética de la ciudad. Entramos y salimos por tiendas y por
pubs como por las salas del Museo Británico, con igual
sentimiento de estar ante algo único. El recorrido por los
escaparates de los distintos tramos de Bond Street o de
Arlington Arcade son como un paseo por las salas del museo vivo
del comercio de la ciudad. Nada hay que decir de los pubs. Les
pasa como a los toros en El Puerto. El que no haya tomado un par
de pintas de cerveza en un pub de Londres no sabe lo que es
beber cerveza.
En Andalucía, como lo tenemos tan cerca, no valoramos lo que
vamos a admirar a Londres: nuestras viejas tiendas, el ambiente
comercial de esas calles peatonales. Estoy ahora pensando en la
rondeña calle de la Bola, en la gaditana Columela, en la
sevillana Lineros. Cómo no serían estas calles, que siguen
conservando su ambiente a pesar de todo lo que se ha perdido, se
ha cerrado, se ha arruinado. Hablamos de la piqueta sobre el
patrimonio histórico-artístico y en cada ciudad hay un PGOU
que (aproximadamente) detuvo las destrucciones con la llegada de
los ayuntamientos de la democracia. Pero no tenemos en cuenta
que sobre el comercio tradicional, el que da carácter a
nuestras calles y a nuestras ciudades, se cierne la piqueta de
las grandes superficies y de los grandes almacenes. Y nada digo
de las tabernas. Le estamos dando la vuelta a la copla, y en
muchos sitios quedan ya más librerías que tabernas. En
Córdoba era importante la Mezquita, pero no menos, y frente,
los boquerones en vinagre de Pepe el de la Judería. Ahora nos
lamentamos de que aquello cerrara, pero ¿se trató de preservar
en su día? ¿No se fue todo se fue al libro de las cosas
perdidas por el acoso y derribo fiscal a los pequeños
comercios?
La iniciativa municipal sevillana debería también serlo de
la Junta para toda Andalucía. Igual que hay un ecologismo para
salvar nuestra fauna, nuestra flora o los monumentos de nuestros
conjuntos histórico-artísticos, nos hace falta un ecologismo
comercial, que valore, preserve y proteja los establecimientos
tradicionales que, no se olvide, son un recurso nada
despreciable en ese turismo que es rubro fundamental en nuestro
PIB. Ninguna protección mejor que las exenciones fiscales. Irle
a cobrar el IBI o el IAE a un establecimiento con cien años de
historia no es sólo una injusticia, sino la mejor forma de que,
ahogándolo a impuestos, no llegue a cumplir los 110 años y en
su esquina abran un MacDonald. Otro.
.
Hemeroteca de
artículos en la web de El Mundo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
Libros
de Antonio Burgos en la librería virtual de Carrefour Ocio
Libros
de Antonio Burgos publicados por Editorial Planeta -
Correo
|