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Cuando
se reorganizaron las regiones militares como herencia recibida
del franquismo y Granada se quedó sin Capitanía, se armó la
que era de menester. Lo que son los tiempos: no solamente
Granada, sino Sevilla se ha quedado ahora sin Capitanía y San
Fernando sin Departamento Marítimo, y no se ha levantado una
sola voz de protesta. Con la supresión del servicio
obligatorio, estamos todos como desmilitarizados. La llamada
sociedad civil es más civil cada vez, lo cual no tiene mérito.
El mérito es esto que le parecía imposible a Unamuno: que la
sociedad militar es cada vez más civil y civilizada.
Al alba, con viento duro de levante, Federico Trillo ha
levantado el mapa militar de España. De los mandos
territoriales ha pasado a los mandos operativos. Por lo visto,
los mandos territoriales se comprobaron bastante poco operativos
en Perejil:
- -- Que vengan los boinas verdes.
- -- Eso hay que llamar a la Capitanía de Valencia.
- -- Pues que venga entonces una fragata.
- -- No, eso hay que llamar a Cartagena.
- -- Pues que venga un F-18...
- -- En ese caso hay que llamar al Mando Aéreo de Talavera,
señor ministro...
Ea, se acabó. Que el que mande los aviones mande todos los
aviones como Mando Aéreo de Combate, y que el que mande los
barcos mande todos los barcos como Mando de la Flota (en Rota,
para que rime), y que el que mande los soldados mande todos los
soldados como Fuerza de Maniobra (Valencia) o Fuerza Terrestre
(Sevilla). Con la división en regiones, siempre había que
esperar a que llegara un señor que estaba lejísimos para poner
en marcha el dispositivo de defensa. Era como cuando se nos
rompe la lavadora, viene el técnico y tiene que pedir a
Barcelona la pieza que falta.
Centralización se llama la figura. Lo que más me gusta de
Federico Trillo es que en esta España que sufre las taifas de
las autonomías, donde hay 17 formas distintas de operarte de
apendicitis, según qué Sanidad transferida te asista, Trillo
ha sacado el bastón de Napoleón de su cartera ministerial y ha
dicho que se acabaron las tonterías, que con un solo bastón se
ejerce más efectivamente el mando si hay que ponerse a pegarles
bastonazos, un poner, a la morería. Trillo ha hecho aquello que
muchos quisieran que se realizase en otros ámbitos del poder,
hartos de coles del dispendio burocrático de las autonomías.
Lo malo es el gasto en membretes. Las ficciones de las
Capitanías se mantenían con el nombre de Mando Regional. Ahora
las llamarán Mando Funcional. La Capitanía de Sevilla será
Mando Funcional Sur: nada, veinte papelerías ricas haciendo los
nuevos impresos y a tirar todo el papel antiguo. En cuanto a
Granada, Trillo le ha dado una reparación histórica. No le he
devuelto la Capitanía, porque corren malos tiempos para las
autonomías en Defensa, pero ha puesto allí el Mando de
Adiestramiento y Doctrina. Ya saben cuál es la doctrina: que
los militares (a quienes el valor no se les supone, sino que se
les reconoce) le han echado casta y en la organización de lo
suyo han hecho como a muchos les gustaría se hiciese en este
caos transferido en que tristemente se ha convertido aquella
ilusión democrática de las autonomías.
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