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La
crisis económica será muy gorda, pero la burbuja inmobiliaria
cada vez está más lustrosa, y no hay capital de provincia que
no haya convertido su Calle Mayor en milla de oro, con su
correspondiente tienda de Zara, ya que Amancio
Ortega es el Midas que convierte en oro los ladrillos de las
medianeras de todos los locales que toca. La crisis será gorda,
pero nunca se han regalado tantos teléfonos móviles ni tantos
aparatos de DVD. Antonio P. Pérez, el productor de
"Solas" de Benito
Zambrano, me dice que en el sector cinematográfico calculan
que en estas fiestas el parque de DVD en los hogares españoles
habrá aumentado en un millón de aparatos. Parece que los
regalan, y más si se echan las cuentas de lo que costaba un DVD
hace dos años, capricho de ricos, y lo que vale ahora, que todo
el mundo se pone su cacharro con el cine en casa.
El DVD mandará a los vídeos
al hogar del pensionista, como los CD jubilaron a los discos de
vinilo. El DVD nos está enseñando a ver el cine de otra forma.
Ya no basta ver la película. Es más: la película en sí es lo
de menos, con las ventajas del invento. Compras el DVD de la
película de moda, lo pones en el cacharro, y todo se te va en
darle al mando a distancia para el crucero turístico por las
islas adyacentes de la cinta: la filmografía del director, el
trailer, la biografía de los actores, el "making of",
las tomas falsas. Cuando no viene otra película que nada tiene
que ver con la que se exhibe en las salas: la versión de
montaje que le hubiera gustado hacer al director y que el
productor no tragó para no arruinarse.
Pasará con las posibilidades
técnicas del DVD como con la moviola de vídeos futbolísticos
que puso de moda Pedro Ruiz: que vas a un partido de fútbol y
los goles te gustan menos que cuando ves el partido por
televisión, porque en el campo no hay repetición de la jugada
y nunca te enteras si ha marcado Figo o Zidane. Urge que se
vendan muchos DVD, que la gente se acostumbre a ver la vida
según el DVD y que en todos los medios informativos se adopte
esa técnica. Ya vamos camino de ello y estamos contemplando una
cierta España DVD. En materia de marea negra y de ruta del
"Prestige", por ejemplo, en plan "Titanic"
en DVD, la versión del productor Caldera y sus tomas falsas de
los papeles de la deriva no tiene nada que ver con la que ofrece
Mariano Rajoy, director de la cinta. Es como tener un DVD de
papel y darle a las teclas de todas las posibilidades del
invento si se leen las informaciones de "El País" y
se comparan con la versión del director en "La
Razón". Somos tan listos que hasta tenemos la radio con
DVD. Pones la SER, oyes lo de la marea negra, y ves que te
están contando una película completamente distinta a la que
ponen en la COPE.
Esto del DVD de la realidad de
España lo inventaron, como la Lotería Nacional, en la ciudad
que amo. Fue en 1812. A esta maravilla de poder contemplar todos
los perfiles de la realidad mis paisanos los gaditanos la
llamaron libertad de expresión.
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