|
No
me he tomado el trabajo de mirar en la cartelera de
espectáculos lo que echan en los multicines, para ver si están
poniendo todavía "Morir otro día", la última
película de la serie de James Bond, cuyos exteriores, como
recordarán ustedes, se rodaron en gran parte en Cádiz.
-- ¿Que usted, precisamente
usted, aún no ha visto la película de James Bond en la que
sale Cádiz? Como se enteren sus paisanos los gaditanos, le
retiran el título de Hijo Adoptivo.
No habrá caso, porque les
explico por qué he perdido todo interés por esa película del
007 donde Cádiz sale con su habitual disfraz de La Habana,
negritos y salero incluidos, donde el Campo del Sur hace de
Malecón y el castillo de San Sebastián aparece como la
clínica donde Teófila Martínez nunca trabajó de enfermera
haciendo un "cameo" de extra, y no como otros alcaldes
andaluces.
He ido a ver "Los lunes al
sol" después de que consiguiera ocho candidaturas para los
premios Goya, sin premio de lo que rima, claro, de tanto decir
que la palabra Goya tiene premio, la Academia de Cine ha
terminado estableciendo los premios Goya, a modo de muñeca
rusa: premios Goya que tienen premio. Ya saben de qué trata
"Los lunes al sol" de Fernando León de Aranoa: de los
parados de más de cuarenta años que se quedaron sin trabajo
(y, lo que es peor, sin esperanza de tenerlo) después de la
espantosa y drástica reconversión naval que llevó a cabo el
PSOE. Madre mía, la que hubieran liado si es el PP quien hace
la reconversión naval, la que hubieran liado todos estos que
han formado la intemerata por el decretazo y el PER... Pero
entonces, claro, como la reconversión naval la hicieron los
nuestros, no pasó nada.
La historia que protagoniza
Javier Bardem haciendo de Santa, aunque rodada en Vigo y con la
crisis de la industria naval gallega al fondo del paisaje, es lo
más gaditano que se despacha. Hasta el transbordador que es
casi protagonista de la película parece el "Adriano
III". En feo y en gallego, pero casi como el vaporcito del
Puerto cuando en ti me embarco, cuando en ti navego. Esas
historias que cuenta la película son las que muchas veces hemos
oído en labios de los gaditanos, contando su propia tragedia
profesional del paro o la de sus parientes. Ese bar que ha
puesto un prejubilado de Astilleros con el dinero que le han
dado por la pérdida del puesto de trabajo es tan gaditano como
cualquier bache de la Cuna de la Libertad, donde el paro es la
historia que nunca acaba de ser contada en las tragedias de los
parroquianos, sobre los nudos de la madera del mostrador. Cuenta
Fernando León una historia del Norte, pero tan nuestra que
podría ser de hombres de la Barriada España, de Guillén
Moreno, de la barriada de la Paz. El paisaje humano, que es el
que cuenta y el que duele, es el mismo. Porque, ay, es la misma
desesperanza.
Tanta, que se me quitaron las
ganas de ir a ver Cádiz, el otro Cádiz, el del faro de la
Caleta y los bloques del Campo del Sur, en la película de James
Bond. Por muy bien retratada que la saquen, ella que siempre
aparece tan favorecida en las películas y en las fotografías,
no será Cádiz en "Morir otro día" tan verdadera
como la del paisaje humano que aparece en "Los lunes al
sol". Para mí que Javier Bardem habla en gaditano, porque
habla de la desazón de los hombres con más de cuarenta años y
con menos de ninguna esperanza de poder volver a encontrar
trabajo.
Y es que, como José Joaquín
León en otro apropósito sobre la película, en Cádiz los
parados de la reconversión naval no solamente están los lunes
al sol, sino los lunes, los martes, los miércoles, los
jueves...
Hemeroteca de
artículos en la web de El Mundo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
Libros
de Antonio Burgos publicados por Editorial Planeta -
Correo
|