Escuchaba
la otra noche una vieja placa de pizarra, ahora digitalizada. La
voz de balcón de La Niña de los Peines decía la saeta
antigua: "Pilatos por no perder/el destino que
tenía/firmó la sentencia cruel". He visto pasar, en este
mi pueblo de los naranjos en flor, los pasos que representan
escultóricamente la burocracia curial del proceso de Cristo. He
llegado a la conclusión de que en Jerusalén aplicaban la pena
de muerte con muchas más garantías procesales con las que
ahora Fidel Castro crucifica con plomo de paredón a quienes
sencillamente eligen la imposible libertad de intentar escaparse
de un inmenso Gulag tropical con palmeras y son montuno.
Uno de esos pasos del proceso
de Jesús fue el que por culpa del dios de la lluvia llorando
tercamente sobre Sevilla escribió en los récords cofradieros
el hecho insólito. Este año, a efectos de cofradías, el
Domingo de Ramos comenzó a las 10 de la noche del Martes Santo.
Aritmética mágica de todo punto lógica en esta tierra que a
los niños que bailan y tocan sus castañuelas como caballeros
cubiertos en la corte catedralicia de Su Divina Majestad, llama
los seises. Pero los seises no son seis, como podría pensarse:
son diez.
El primer paso que este año
salió a la calle en Sevilla fue el de Jesús ante Aznar. No, no
es errata. Así le puso la guasa del evangelista apócrifo.
Estaba pasando el que llamaban de antiguo La Bofetada, por la
que le dieron a Cristo tras su prendimiento, y a un forastero
que preguntaba qué paso era, el sevillano de la guasa
contestó:
-- Este paso antes era el de
Jesús ante Anás, pero yo creo que está equivocado. Como ahora
el que tiene la culpa de todo es Aznar, y como Jesús es el
bueno y el que está sentado en esa especie de sillón de la
Moncloa es el judío malo, yo creo que no es Jesús ante Anás,
sino Jesús ante Aznar.
Es una pena que los
profesionales de la pancarta estén tan ocupados en culpar a
Aznar de la destrucción de la estatuaria asiria y de la quema
de Biblioteca de Bagdad, porque se les ha ido vivo lo que
acertó a ver la guasa del evangelista apócrifo sevillano. Por
descontado que de esta lluvia que ha estropeado la Andalucía de
las cofradías y la España playera de las vacaciones de Semana
Santa tiene la culpa Aznar. Pero lo que no me esperaba de
Zapatero es este inmenso fallo que menos mal que ha venido a
remediar la guasa sevillana. Sabido es por todos los portadores
de pancartas y asaltantes de sedes del PP que se ha descubierto
que a Jesucristo no lo mataron los judíos. También fue Aznar.
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