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Como
en la velazqueña pintura de la rendición de Breda, un día
Alierta entregó a Polanco la llave de Vía Digital para que en
su imperio mediático no pusiera el sol de las plataformas por
satélite. Sin consultar a las bases, que somos los que pagamos
cada mes la morterada, a los abonados de Vía Digital nos
hicieron clientes de Canal Satélite sin comerlo ni beberlo. Es
como si a los socios del Real Madrid los hicieran del Atlético
sin previa consulta. A Polanco le tocó Vía Digital por la
extraña tómbola del entreguismo del PP, creyendo quizá Aznar
que así iban a bajarle el pistón del pescozón de la opinión.
No me llames iluso, pero hay que llamártelo, por carajote:
encima de regalarles una plataforma digital te acusan ahora de
manipular TVE. Como si en tiempos de María Antonia Iglesias y
de Calviño aquello fuera un modelo de transparencia.
El regalo de Vía Digital a
quien tengan por conveniente nos parecería de cine (de cine de
premios Goya, por supuesto), si no hubieran sido conculcados los
derechos adquiridos de los pagaches sin que nadie proteste.
Muchos nos hicimos de Vía Digital para ver los toros. Los toros
antes los daba Canal Plus. Si me gustarán los toros, que con
todo el dolor de mi corazón le pagaba a Polanco todos los meses
la tela marinera con tal de poder ver por mayo las corridas de
San Isidro. Por eso vi el cielo abierto cuando llegó Vía
Digital en el sueño imperial de Villalonga, puso el dinero
sobre la mesa y se quedó con la exclusiva de los toros en todas
las grandes ferias de España. ¡A darse de baja en Canal Plus y
a apuntarse a Vía Digital!, tocaron los clarines para la
afición de España. Era maravilloso. De momento pasamos de la
galaxia Molés al universo Roberto Domínguez-Fernández Román.
Daban enterita la Feria de Sevilla, San Isidro, Pamplona, qué
se yo la de corridas de toros que veíamos al cabo del año...
Pero de golpe, como por lo
visto a César Alierta no le gustan los toros y hay que ahorrar,
han decidido dejarnos sin toros a los abonados de Vía Digital.
Ya sin toros de la feria de Sevilla y dicen que también sin
toros de San Isidro. Por lo visto, hay que quitar números rojos
para entregar esto mejor aún a Polanco, y en el toro pedía
dinero por salir en la tele hasta el presidente de la corrida,
qué rostro. Hablando de rostros: yo pensaba ya pedir derechos
de imagen por cada vez que me sacaban como rostro del tendido. Y
como la llamada Fiesta Nacional es el último mono, el último
monosabio de los contenidos informativos, pues ¡toros fuera!,
aquí no se televisa ni una corrida más. Alierta le ha pegado a
la fiesta nacional una estocada mediática hasta la bola. Y
nadie ha protestado. ¿Se imaginan la que se liaría si de
pronto Alierta y Polanco decidieran no dar un solo partido de
fútbol, ni de "pay per view" ni de nada? Pues han
cortado de un plumazo las grandes ferias íntegras por TV de
pago y aquí no ha pasado nada. Y eso que Roberto Domínguez, el
que iba de Antoñete del PP, dicen que, como es de Valladolid,
es el torero de cámara de Aznar. Será de cámara, hijo, pero
desde luego no de cámara de televisión de Vía Digital dando
toros.
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