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Diario de Cádiz, 17 enero 2004
"Habaneras de Cádiz" por el coro de Julio Pardo  CARNAVAL DE CÁDIZ 2004
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Textos de Antonio Burgos sobre Cádiz

"Habaneras de Cádiz"

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Antonio Burgos y el coro de Julio Pardo presentaron en Madrid el Carnaval de Cádiz  Texto completo del discurso de Antonio Burgos (clic aquí)  Fotos del album de viaje del coro de Julio Pardo(clic aquí)
 
Burgos canta la letra de sus "Habaneras" con el coro de Julio Pardo
Burgos canta la letra de sus "Habaneras" con el coro de Julio Pardo

Por Inmaculada Macías.   

Hijo adoptivo de Cádiz, estrella de plata de la peña La Estrella, careta de oro de la peña La Salle Viña, pregonero de la fiesta...., todo un aval de garantía carnavalesca y de gaditanismo. Esto es lo que demostró ayer el escritor y periodista Antonio Burgos en la presentación del Carnaval de Cádiz en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid. Lo bordó con arte.

Un año más, este acto demostró que Madrid es Cádiz con más 'curritos'. Gaditanos 'exiliados' en la capital buscaron desesperadamente en la última semana invitaciones para esta edición, que han estado más cotizadas que las entradas de la final del Falla. Más de uno, como marca la tradición carnavalesca se coló. Que se lo digan si no a Pepe Losada, preparador físico del Cádiz y estudiante en Madrid, que sin cortarse un pelo, con su amigo Néstor Hernández, también gadita, y 'aprendices' de Chico Linares, entraron por la cara por la puerta del catering de Pablo Grosso, donde más tarde se frieron cientos de tortillitas de camarones, con premio y todo.

Más tarde empezaron a llegar las autoridades y 'colaos' oficiales. Parecía salsa rosa: María Teresa Campos, Rosa Villacastín, Curro Romero, Raúl Sender, Ismael Beiro, Andy & Lucas, y hasta la mismísima Duquesa de Alba, a la que al entrar le ofrecieron una jarrita de barro, de las de promoción, y educadamente contestó; "Gracias, a esta hora no me apetece". También menos conocidos, pero no por ellos menos gaditanos, asistieron gente de a pie como la periodista Mercedes Nuñez, los ingenieros aeronáuticos Alberto Ortiz y María Jesús Huertos, el perito Ángel Téllez, el propietario del restaurante 'Los Borrachos de Velázquez', El Pantoja, y así numerosos gaditanos que cada año piden su particular final del Falla en Madrid.

El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, era la primera vez que asistía a este acto y la verdad es que más de una risa echó, sobre todo, cuando Burgos tarareó el tan famoso estribillo "Teo, Teo, hasta el nombre lo tiene feo". Gallardón aplaudió la decisión tomada por Teófila Martínez de volverse a Cádiz tras conocer lo ocurrido en el Campo de las Balas, donde un derrumbe dejó sepultados a tres jóvenes. El alcalde de Madrid calificó el ejemplo de la alcaldesa como un "ejercicio de responsabilidad". En su discurso dijo que "Madrid no puede dejar pasar por alto un acto de fiesta, encuentro y libertad", y destacó "el ejercicio de higiene social y psicológica que hace Cádiz en Carnaval ".

El teniente de alcalde, Enrique García Gulló explicó los motivos de la marcha de Teófila Martínez y añadió en este sentido que "el carnaval, además de gracejo y crítica, siempre es solidario". Entregó un antifaz de plata a Antonio Burgos, que posteriormente tomó la batuta del acto, dejando el listón muy alto a los próximos mensajeros del Carnaval. Ayudado por el coro de Julio Pardo se dispuso a invitar al Carnaval con gran maestría. No le faltó alusión a lo que seguro será tema ineludible en estas fiestas: la boda real. De ella dijo que "ya se sabe para qué su Alteza Real, el Príncipe de Asturias, ha anunciado su compromiso con Doña Letizia Ortiz Rocasolano, de categoría. No ha sido para asegurar la linea Dinástica. Ha sido para asegurar el bingo carnavalesco de la crítica del carnaval. De este modo contó que estando el Príncipe solo en su aposento llegó el Rey y le dijo: Felipe, picha, a ver si te echas novia de una vez, joé, que ya estoy harto de que en las coplas del Carnaval de Cádiz te digan lo de mondrigón. Y además, que yo te voy a decir a ti una cosa, Felipe: que estos señores comparsistas del Carnaval de algo tendrán que hacer este año sus cuplets...., así que vamos a echarle un cable con Letizia, que se va a pegar una vida como las mojarritas de la Caleta, que dicen que viven como reinas".

En todo momento Antonio Burgos demostró el cariño y el conocimiento que tiene de las entrañas de Cadiz y su Carnaval. Como muestra dijo que "es un embuste muy gordo, tan gordo como el gordo del coro del gordo, eso que dicen que la estatua de la libertad está en Nueva York. Un mojón 'pa' Nueva York y 'pa' la estatua, que ni tiene detrás una silla como Don Segismundo Moré ni está señalando con el dedo por dónde viene una comparsa con su pasacalles, como Don Emilio Castelar en Candelaria ni 'ná' de 'ná'". Invitó en 'caleti', que en Cádiz es 'lengua cooficial' con el andaluz, y dijo: "Vente pa Cai en el AVE, palabra que se inventó en Cádiz, Ave, Júpiter y Apolo, Ave César Imperial que cantaron Los Senadores de Paco Alba y que se volvió a inventar cuando 'el Libi', en las Ruinas del Senatus Populusque gaditanus, se encontró con Julio César que iba con Balbo, el que vino en el Talgo y le dijo: Ave, César, ya vienen los romanos, ave, picha, ave si convidamos".

Invitó a las semifinales "donde hay muchas noches de coplas que son mejores que la mejor de las finales". Invitó a la noche de Carnaval el sábado en la Viña, (pero no se te ocurra alquilarte un disfraz por lo finolis, sino que debes ir de mamarracho gaditano, en plan vámonos que nos vamos". Así una detrás de otra intercalándolo con tangos y pasodobles del coro de Julio Pardo para, al final, cantar con ellos las Habaneras de Cádiz. Tras un fuerte aplauso, un pregón inolvidable para los que añoran la fiesta de su tierra.

Por último, también intervinieron en el acto 'Los Pringaos' de Juan Manuel Braza Benítez, que se pringaron hasta última hora de la noche para después 'invitar' al personal a tortillitas de camarones con premio, como decía en su pregón Antonio Burgos.
Fotos del album de viaje del coro de Julio Pardo(clic aquí)
 

Julio Pardo y Antonio Burgos ensayan con el coro la presentación del Carnaval (foto Daniel Lucena, gentileza de la "web" del coro de Julio Pardo)

Texto completo del discurso de Antonio Burgos

Como está más que demostrado que churrimangui lavativa del tupé bastine palpité maletin sansón, la cazuela que aquí les presento que es de una sustancia que nadie conoce, fabricada en Medina Sidonia el año cuarenta del siglo catorce, la tenía don Diego Zorullo que era personero de la Catedral, se lavaba los pies los domingos y aluego los lunes hacía poleá. Y los viernes, como hoy, hacía el solemne anuncio del Carnaval de Cádiz en la capital del Reino de España, donde hoy resuena el reino de la alegría. Así que proclamo a los cuatro vientos que perdulán baquetón mojama, que la mojama del atún te la vas a jamar tú, que yo jamo jalufo, pues hay que tener en cuenta que acetato con bicarbonato, pezcuezo de pato, hueso de aceituna, a las tres, a las dos y a la una:

Que ya huele a Carnaval,
y a las coplas de febrero
la Cuna la Libertad.
Corrijo a Jesús Quintero,
que en Cádiz hay que... soñar.

A la viceversa de berza con tagarninas, me dispongo a invitarles al Carnaval en compañía del ingenio de Juan Manuel Braza, Sherif del Condado de la Chirigota, y del arte de este coro gaditano de Julio Pardo que tiene más primeros premios que el Lotero de Sort, y provisto de instrumentos chimeneísticos imprescindibles para la oratoria carnavalesca, como son el pelachícharos, el partebabetas, el ablandacoles y las almóndigas cuadrás marca El Gorila, que pertenecen a la alta tecnología punta de la Punta de San Felipe que inventó también en Cádiz el plumero, la serpentina, los papelillos, el pitocaña, el bombo, la caja, el octavilla, la guitarra y la bandurria, las gafas de sol para los coristas el domingo en la plaza, el satélite de Canal Sur y el disfraz de mamarracho en plan vámonos que nos vamos, que se enteren lo que vale aquel rincón, vámonos, vámonos, vámonos ya que nos vamos con el tango gaditano a La Viña del tirón.

El coro de Julio Pardo canta el tango "Gaditana", de Quirós, del coro "La Fantasía"

Y en cuestión de la más bonita y galana de la nación, hasta en los titi, titirimundis ya se sabe para qué el Príncipe de Asturias ha anunciado su compromiso con doña Letizia Ortiz y Rocasolano, de categoría. No ha sido para asegurar la línea dinástica. Ha sido para asegurar el bingo de las letras de Carnaval, del zumba la cachumba del hilete y del botón. Que estaba el Príncipe solo en su aposento haciendo un crucigrama y llegó el Rey, candín, candón, cuéntalas bien, que las veinte son, y le dijo:

-- Felipe, picha, a ver si te echas novia de una vez, joé, que ya estoy harto de que en el Carnaval de Cádiz te llamen mondrigón. Y además, que yo te voy a decir a ti una cosa, Felipe: que estos señores comparsistas del Carnaval de algo tendrán que hacer este año sus cuplés... Así que vamos echarles un cable con Letizia, que se va a pegar una vida como las mojarritas de la Caleta, que dicen que viven como reinas las mojarritas...

Hasta la Familia Peperoni de la Zarzuela sabe que si las piedras son duras será del modo que se las mire, y que quien no sale en las coplas del Carnaval no existe. Teófila existe porque Teo, Teo, que aunque el nombre lo tienes feo, de presidenta de la Junta te veo. Y si aparece Gallardón, un cuplé del tirón. Cádiz, en Carnaval, es la ciudad que habla. Como la vaca que ríe, la ciudad que habla, y que no te la da con queso, sino que en un monumento impresionante de capacidad de creación, de humor popular, de poesía, va cantando y contando y considerando lo que va pasando al cabo de un año digno de anotar.

El mismo Cádiz que inventó la Constitución, el viva la Pepa, el liberalismo, la soberanía popular, la lotería, el parchís en las pieras de la Caleta, el pelotazo, el bastinazo y el unto sin sal, también se sacó de la manga de la libertad de prensa y levanta cada año la mejor estatua de la Libertad. La Libertad tiene en Cádiz su cuna y Cádiz la mece entre las olas del mar, cantándole la nana del paparapachero del tres por cuatro de sus coplas carnavalescas:

El coro de Julio Pardo canta el estribillo del cuplé del coro "Cumpleaños feliz"

Es un embuste muy gordo, tan gordo como El Gordo del coro del Gordo, eso que dicen que la Estatua de la Libertad está en Nueva York. Un mojón pá Nueva York y pá la Estatua, que ni tiene detrás una silla como don Segismundo Moret, ni está señalando con el dedo por dónde viene una comparsa con su pasacalles, como don Emilio Castelar en Candelaria, ni ná de ná. La mejor y más verdadera Estatua de la Libertad está en Cádiz y en febrero, en las coplas que canta un pueblo para decir cuando la Transición que aquí no pasa ná, que esto es un cachondeo porque todos los cargos y nombramientos han sido a deo, o cuando la guerra del Golfo que ay qué casualidad ahora una guerra mundial, la gente no respeta ni que estamo en Carnaval, o para mostrar el orgullo casi cantonal de la identidad de la Tacita trimilenaria, con su pendón morao al viento, guacamayos y lechuguinos llevando a Cádiz como bandera en el piropo a la mujer gaditana, esa mujer gaditana a la que le decimos Caleta como la podíamos llamar Rosario o Carmela, las dos novias bonitas que el sentìo me quitan las dos por igual.

Con ese pendón morao en una mano, el plumero en la otra, en la otra el pito de caña hecho de caña caletera del país, y en la que me queda libre el libreto completo de los tangos de estos señores del coro de Julio Pardo (que este año cuando los oigan ustedes en la Final se van a quedar de piedra), lo que quiero decir lo voy a proclamar en caleti. El caleti, como saben, una lengua prima hermana del retorrománico y mucho más antigua que el catalán, que el Catalán Chico, es el idioma oficial que se habla en el Carnaval de Cai, que se escribe Cádiz pero se pronuncia Cai:

Cinco letras tiene Cádiz,
pero se quedan en tres,
que en ellas cabe la gracia
del derecho y del revés.

El Caleti del bacalati con tomati, del Pacoli y del Mangoli, del rubichi, del jartible, del manolete, del cupletati, del cueritatis, del chupapiera, del agüiti fresquiti y del levantiti güeni, de los vivatis del cuenterati que sin doblati pasan la vía o de los cuarenta duritis del martín, martín y paga la convidá, es una lengua riquísima y cultísima. Tan culta que lo que se llama confeti en todo el mundo, en caleti se dice papelillo, para que te enterati de lo que valeti un peinati:

Métete los confetis
por tó el ciesati
que este estribillo
dice que los confetis
so mamonati
son papelillos.

El caleti es en Cádiz lengua cooficial con el andaluz, pero deberíamos exigir que lo fuera en toda España. ¿No quiere Carod Rovira y toas sus castas que el catalanati sea lenguati oficialati en España entera? Pues nosotros los gaditanos queremos que el caleti sea lenguati oficialati de todo el Reino de Juancarlati, el suegrati de Letiziati, de categoría. Y para demostrarlo, esta invitación a que vengan a Cádiz por Carnaval la hago en la lengua del imperio, del imperio de los erizos y los ostiones y de las tortillitas de camarones, sin premio. Así que:

Tuti contenti, tragati embuti,
nati, juannaja, vente pá Cai...

Vente pá Cai en el Ave, palabra que se inventó en Cádiz, cuando El Libi, en las ruinas del Senatus Populusque Gaditanus, se encontró con Julio César, que iba con Balbo, el que vino en el Talgo, y le dijo:

Ave, Cesar, ya vienen los romanos,
Ave, picha, a vé si convidamos.

Vente pá Cai, primito hermano, que te harán miembro de número de la Real Academia del Trabalenguas, que esa Academia sí que limpia, fija y da más esplendor que Mister Proper, el cuñado limpio del calvo de la lotería, como van a escuchar aquí a estos académicos señores coristas:

El coro de Julio Parda canta el trabalenguas del estribillo del coro "La Tienda de la Cabra"

Vente pá Cai, al Carnaval y a los Carnavales. Que el Carnaval, uno en esencia, trino en persona y hasta trino tovar, tiene mil caras. Vente al Carnaval de los ensayos generales, al de las fiestas gastronómicas de la Erizá, la Ostioná y la Pestiñá, que las tres terminan en á y en las tres se pué mangá. Vente al Carnaval de los chavales de las juveniles e infantiles en la tardes de cantera del teatro. Vente al Carnaval de las clasificatorias, donde como aquello que decía Cervantes de los poetas, no hay chirigota, por mala que sea, que no lleve un buen cuplé ni coro por malo que sea que no lleve una falseta que te ponga los vellos como la ferretería del Quini, caudillo del tango por la gracia de Cádiz.

Vente a las semifinales, donde hay muchas noches de coplas que son mejores que la mejor de la finales. Búscate la vida de tu entradita de la reventati gaditanati del Goliati o cuélate en el Falla, mejor. Sube al paraíso del teatro Falla, que como su mismo nombre indica es la gloria de la solera de las esencias del Carnaval. Y luego, a la calle, que ya es hora de pasearnos a cuerpo de rey, de rey Momo, al pregón, que este año ha nombrado Teófila a Andy y Lucas para que la plaza de San Antonio se ponga así de pibas, así, Carmeluchi, y te las puedas ligar a todas, que habrá allí diez mil almas y veinte mil pares de buenas cachas.

Vente a la noche de Carnaval del sábado en La Viña, pero no se te ocurra alquilarte un disfraz por lo finolis, sino que debes ir de mamarracho gaditano, en plan vámonos que nos vamos. Con dos coladores a modo de gafa cualquiera puede ir de mosca cojonera y tiñendo de negro los pelos de una fregona y con unos leotardos negros vas divinamente de guanamino o de Makelele. Disfruta de la calle, descubre el Lunes de Carnaval, paraíso secreto de los gaditanos y de los gaditas, bebe a gusto y olvida los disgustos, oye las coplas, riéte, emociónate cuando te digan que las olas de la Caleta es plata quieta, y pégate chocazos por las esquinas de los cañones de bronce cuando essuches ese cuplé que lleva El Cherif, El Carapalo, Los Carapapas, El Love, El Cabra o Manolito Santander, batallón, al ataque, agachá la cabeza que tiran flechas y arrojan bombas de triquitraque. Oye las comparsas, lirismo puro, Antonio Martín con el agua clara de la Caleta que lo quema a fuego vivo en su patiovecinos de la Cruz Verde. Oye a los cuarteteros, a la voz de carga, y a la voz de fuego, ten cuidao con el tiro, no se te escape y te dé en un huevo. Manda a la calculadora a tomar por saco, y aprende la aritmética gaditana del Pitágoras en Manteca del Corralón, que dice que un cuarteto es aquella agrupación carnavalesca en la que como su nombre no indica, ni falta que le hace, salen dos, o tres, o cinco tíos, pero nunca cuatro, que eso suena a jinetes del Apocalipsis y es porque los de aquí no nos sirve el caballo para ir a pescar porque yo tengo una barquilla con una gracia en la quilla que pá qué te voy a contar.

Comprendo que es de maravilla escuchar a los coros en la plaza, que Cádiz es la única capital andaluza que en vez de plaza de toros tiene plaza de coros. Ciertos son los coros, los coros en la plaza. Donde tienes la mejor butaca del Falla sin que te cueste un duro, tó el mundo colao y mangando fino de Chiclana de media limeta de Arroyuelo y un par de erizos.

Y acércate a la escalerilla de Correos donde está cantando una chirigota, cuando llega carnavales que tico, tico, me vuelvo loco, con un derrame de cataratas, que quillo tírate de la moto, si no sabes el estribillo pues tú te joe que yo tampoco. Vete para la Cruz Verde, y te encontrarás por el camino, sin premio, con cuarenta ilegales, que son las chirigotas no fichadas por la Fundación del Carnaval. Gaditanos de todos los barrios, barrios intramuros como La Viña o Santa María, o barrios extramuros como La Laguna, Puerto Real o Castellón de la Plana, te ofrecerán sin que te cueste un duro el alma, corazón y vida, nada más, de su gracia y de su arte. Desde septiembre, llueva o ventee, den partido del Madrid por la tele o no lo den, han estado ensayando sus pasodobles, sus tangos, sus cuplés, sus parodias, engarzando su popurrí. Lo han estado dando todo por Cádiz y cuando estallen los siete mil millones de Carnavales distintos que encierra el único Carnaval verdadero del mundo, que me río de Janeiro, la soberanía popular de la calle proclamará que el humor es lo más serio del mundo.

Y si es por venir, véngase usted a la Alameda, una noche a contemplar esos millones de estrellas que se pierden en el mar y comprenderás que Cádiz es una Ciudad-Estado que se hubiera escapado de la Grecia clásica, un trozo de Venecia en los callejones, el Malecón habanero disfrazado de Campo del Sur. El gaditano siente que el ancho mundo puede caber entre los nobles muros de esta ciudad. De su sustrato burgués de la Ilustración y de las Cortes le queda ese protagonismo de la sociedad que se hace copla de Carnaval, voz del pueblo, voz del cielo donde se recortan las torres de la Catedral de mi Cádiz, que es tan bonita, que es tan bonita, que parecen de plata sus campanitas. Cádiz no tiene ni campo, ni marqueses, ni caballos, ni cortijos, ni falta que le hace. Es otra Andalucía, distinta al tópico, la Andalucía de la mar y del comercio, de las ideas y de la gracia. La ciudad de la gracia no es Sevilla como los sevillanos aseguran. La ciudad de la gracia es Cádiz, Sevilla es la ciudad de la guasa, que allí hay mucha guasa. Aparte de La Habana con más salero también es Grecia con el coro de Aristófanes cantando un tango (que a Aristófanes también, allá por la antigüedad, le gustaba componer por el estilo a nuestro Carnaval), o de una chirigota repitiendo el principio de la soberanía popular al hacer un pasodoble himno oficial del Cádiz. El Cádiz Club de Fútbol, que si va a subí, que si va a bajá, y así nos pasamos toa la temporá, tenía un himno oficial que no se sabía nadie, ni Macarti. Hasta que Manolito Santander llegó con su gánster de Chicago en la mar de Los Peperonis y proclamó como himno del cadismo la gloria de ese amarillo que, con el morao del pendón, proclama la excelencia de la ciudad:

El coro de Julio Pardo canta el pasodoble "Me han dicho que el amarillo", de la chirigota "La Familia Peperoni", de Manolito Santander

Ole los gaditanos, ole los comparsistas y ole sus composiciones, porque los gaditanos y sus comparsistas, chirigoteros, cuarteteros, coristas y romanceros son los verdaderos protagonistas y artífices de la fiesta, sacerdotes del templo sagrado de la gracia, conservadores del monumento vivo del ingenio de un pueblo. Ustedes pueden asistir al nacimiento de un nuevo himno a la Alegría cada febrero en cada agrupación que oigan, en cada disfraz que vean, en cada papelillo, en cada serpentina, en cada repeluco del trío de un tango o del golpe de un cuplé. Esa gloria se llama Cádiz y se llama Carnaval.

Y como hasta aquí en este Madrid que vio pasar por La Gran Vía a Los Beatles de Villegas y que oyó a Los Beduinos de Paco Alba en Los Canasteros de Manolo Caracol, ya huele a Carnaval, a erizos y a ostiones, sin premio, y a coplas de primer premio del Falla, termino proclamando el perdulán baquetón mojama de la verdad de la Cuna de la Libertad:

Que ya huele a Carnaval
y a las coplas de febrero,
si a mí se me vio el plumero
es que en Cai hay que soñar
y yo por mi Cadiz muero
entre olitas de su mar.

Antonio Burgos con su "clónico" Ramón Valverde, El Chispa y otros coristas de Julio Pardo, y el autor de la letra de los tangos, Antonio Rivas Cabañas (Foto Daniel Lucena)

Fotos del album de viaje del coro de Julio Pardo(clic aquí)
 

 


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