Diario El Mundo

El Recuadro

 Antonio Burgos

El Mundo de Andalucía,  viernes 5 de junio  de 1998


Leopoldo, échame el toldo...

La avenida de la Constitución de Sevilla, con velas para el Corpus en el siglo XIX

Velas en la carrera, según el cuadro "Corpus en Sevilla", de Manuel Cabral Bejarano (1827-1891), Museo de Arte Moderno de Madrid

Han plantado una vela en el andén del Ayuntamiento, y es como si la Casa Grande se hubiera colocado aquella chaqueta blanca de hilo que por el verano se ponían los señores en Sevilla, anda que no sé ná del arte sartorial, por algo soy hijo de sastre, de tu maestro, Fernando Rodríguez Avila... Han plantado una vela en el andén del Ayuntamiento y es como si hubieran vestido de verano, de magnolia y jazmín, aquellos recuerdos de azahar de la Banda de Soria tocando la marcha Aguas en la larga chicotá de la cofradía del Museo el Lunes Santo. Han plantado una vela en el andén del Ayuntamiento y la Casa Grande tiene más de casa de todos. Es como toldo de terraza de bar, para sentarse al fresquito con la cervecita y la tapa de picaíllo... Es como porche de casita adosada del Aljarafe, de la carretera de Utrera, esas nuevas Sevillas pareadas donde se van a vivir los que se casan. Esto de la casa pareada entra perfectamente en el esquema sevillano de los duales. Al fin y al cabo, el escudo de la ciudad es como una urbanización, donde San Isidoro está en su adosado y San Leandro en el suyo...

--- ¿Y San Fernando, qué pinta?

--- San Fernando está de presidente de esa comunidad de vecinos de la urbanización de adosados del escudo...

--- O es el tío del banco, que está esperando que vayan a pagar el plazo de la hipoteca, porque es día 5 del mes...

Hércules y Julio César también están cada uno en su columna adosada, en la Alameda a la que el primero da nombre, y también son muy buenos vecinos. Como Justa y Rufina, que si serán buenas vecinas, que comparten la Giralda y pagan a escote entre las dos los gastos de comunidad, que el gestor que le lleva la administración es uno muy gastoso que se llama Alfonso Jiménez...

Pero íbamos por las velas del andén. Aunque creamos que ya todo aquello pasó, todo quedó en el olvido, Sevilla sigue repitiendo sus invariantes castizos. Uno de ellos, el horror vacui, el pánico al vacío. Aquí no salimos del fagamos una obra tal... y cual. Estaban en la plaza de San Francisco las velas del Corpus y se vio que la Plaza Nueva no tenía velas. Fagamos una vela tal, que no veas lo fresquito que va a estar esto... Por mí encantado. Ojalá pongan velas en toda la Avenida para el Corpus, como se hacía antiguamente, que el Señor Sacramentado no veía el sol en todo su recorrido de la Custodia.

Mejor poner velas que no macetones, ésos que he visto nombrados como escupideras de piedra artificial con aros de cobre, de las que están llenando Sevilla. Cuando una mujer es hacendosa, llena la casa de macetas. Y como tenemos de alcaldesa a una mujer bastante hacendosa, pues Soledad Becerril está llenando de macetones esta casa común que es Sevilla. Ahora, que en algunos sitios se te ha ido la mano, hija... ¿Han visto los alrededores del Caballo del Cid? Al pobrecito Rodrigo Díaz de Vivar me lo han dejado como si fuera el florista de la calle Sagasta, rodeado de macetas. Venga macetones... Lo del horror al vacío que digo. Acera donde se pueda circular sin pegarse un trompazo con una cabina de teléfonos, con un buzón de correos, con un quiosco de la ONCE, con un registro eléctrico de los semáforos, con una papelera y con una pancarta de propaganda electrónica municipal, es acera donde colocan siete macetones, hala, que esté todo bien rellenito, que para algo Sevilla es una ciudad barroca, que las aceras y las calles se parezcan lo más posible a ese prodigio desconocido por muchos que es la Capillita de San José... Si es por poner chirimbolos para gastarse un dinero que quizá no tengamos, mejor las velas que los macetones. Y por modernidad no queda. Cuando los cuentistas de Hamelín de la Expo inventaron el cacareado microclima, lo que hicieron en verdad fue llamar a Vallejo el de los toldos para que les pusiera una vela de toda la vida. Ahora hemos vuelto de Currito, dale al botoncito a Leopoldo, échame el toldo...

Vea las

Estampas del Corpus, por Julio Domínguez Arjona

Estampa número 1: Memorias de un seise y Velas y Mal Gusto

 


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