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Sevilla con sevillanos

y Puntas del Diamante

 Antonio Burgos

El Mundo de Andalucía,  domingo 6 de junio de 1999


Sánchez, un adosado de pueblo que quiere ser alcalde de Sevilla

Sánchez, uno de pueblo que quiere ser alcalde de Sevilla

Sánchez, uno de pueblo que quiere ser alcalde de Sevilla

 

Dicen que la grandeza de la democracia de Estados Unidos es tal porque cualquiera puede llegar a presidente. Por ejemplo, el carajote de Clinton. No dicen en cambio que la grandeza de la democracia española es mayor aún, porque cualquiera puede llegar a presidente de la Diputación, el concejal cateto con pretensiones que más se deje manejar por el aparato del partido hegemónico en la provincia. Por ejemplo, Alfredo Sánchez, que como aprenderse lo de su segundo apellido hay que pagarlo aparte y servidor no manga, pues Sánchez para todas las manos. (En cuestión de Monte vamos todavía por la primera lección, por el Monte de Piedad de Beneroso y Manolito, el que tan generosos créditos concede a los compañeros de viaje, vaya viaje, de Sánchez.)

Sánchez es todo lo contrario del cateto de Martínez Soria en La ciudad no es para mí. La ciudad sí que es para él, y de qué modo... Los barandas socialistas de pueblo se dividen en dos grandes grupos: aquellos a los que no se les ha perdido nada en Sevilla y aquellos que todo lo encuentran en Sevilla. Al primer grupo pertenece, por ejemplo, Dorado Alé el de Utrera, que aunque ha sido hasta presidente de la Caja San Fernando no ha dejado el mostachón por nada del mundo. Al segundo grupo, este cateto bastante cepillado por su predilección capitalina, que ahora quiere llegar a alcalde de Sevilla, o que su protector Chaves quiere poner de alcalde en Sevilla tras la celebración de una partida de trile en la calle Sierpes con el tertuliano de Trajano, que querrá dar su timo del cambio de estampitas.

Sánchez nació en La Rinconada, pero no se le nota. Nada. Es médico, pero tampoco se le nota. Cualquier cartilloso tiene más horas de ambulatorio que este licenciado en Medicina que tras ejercer en la Sanidad pública de baranda colgó el fonendo. Debutó sin caballos como concejal en Burguillos, en las primeras municipales de la democracia, y su partido lo enseñó como el concejal más joven de la provincia. Fue luego concejal en su pueblo, en La Rinconada, y luego en Mairena del Aljarafe, hasta el punto que creo que hay tres o cuatro pueblos donde no ha sido concejal todavía, aunque no hay que poner límites a la divina providencia. Aunque para que no le digamos que es un cateto que quiere ser alcalde de Sevilla (ciudad bastante cateta como para que tengamos que importarlos), acaba de comprarse una casa en Triana.

Pero siempre fue un concejal de pueblo muy poco de pueblo, mirando por el rabillo del ojo a la capital, a un lugar muy concreto de la capital: a la calle San Vicente, donde están los que dan el placet a los catetos de su partido para poder hacer carrera en Sevilla. En su historia política siempre estuvo adosado, como las casitas de los pueblos cuya representación se trabajó. Llegó al PSOE en 1974, adosado a Pepe Borbolla, que fue su primer mentor.

-- Las vueltas que da el mundo, maestro...

Eso digo yo. Fue el que echó como candidato a alcalde de Sevilla, la gran ilusión de Pepote, al que lo había metido en el partido. Hasta aquí llegó el agua del cainismo de las primarias, aunque aquí Borrell no salió rana, sino que salió Sánchez. Quien en aquellos sus comienzos con el carné en la boca para colgar el fonendo, de Borbolla pasó a Caballos y tiro porque me toca seguir trepando, a la sombra de Miguel Angel del Pino verde, a ver si lo divisaba, y lo que divisó fue el poder que tocó en la Diputación.

Con tal de trepar hasta donde quiere, es capaz de pactar con el diablo, así que no le arriendo las ganancias a quien tenga que negociar su cambalacheo de la Alcaldía con el tertuliano de Trajano. Un dato. Un periódico trincón sevillano lo ponía como no quieran dueñas, dale que te pego con los escándalos provinciales. Hasta que este cateto que tan bien se maneja en Sevilla se orientó dónde estaba la ventanilla, pasó por ella, apoquinó, y al día siguiente aquel presidente de Diputación socialista peligrosíosimo fue ya directamente presentado por el mismo diario trincón como el mejor de los nacidos.

-----------Puntas del Diamante-------

CUÑADÍSIMOS.- Es muy partidario de las tradiciones. Por ejemplo, de la tradición política del cuñado. Deja la Diputación pero ya ha nombrado sucesor, o sea, que parece que tenemos un nuevo cuñadísimo en escena. Se trata de Luis Navarrete, muy conocido en su casa a la hora de comer, pero cuñado de Sánchez.

COSECHA DEL 79...REMONTADA.- Es de la generación del borbollismo socialista, los niños que Borbolla metió en política, y que mire usted cómo le salieron al pobre de Pepote, quien con niños se acuesta... lo derrotan en las primarias. Entre aquellos jóvenes Cosecha 79 existe cierta rivalidad. Uno de sus amigos de entonces era Isidoro Beneroso, el gran genio de la política financiera andaluza. Ahora no se pueden ver. No le perdona la apuesta del banquero socialista por su adversario el tío del vídeo de Trajano... esquina a Castelar. Quienes los conocen dicen que la Cosecha del 79 se ha remontado.

CIENCIAS DE LA INFORMACIÓN.- Los de su entorno (porque Sánchez tiene entorno y todo, no se priva de nada) aseguran que le molesta enormemente la crítica, lo que dicen los periodistas. Aunque los tiene en la familia. Su hermana es periodista y está colocada en Canal Sur TV, qué cosa más rara, una hermana de uno del partido en Canal Sur... Era editora de los Telediarios de Sevilla, pero la han quitado de enmedio porque el cante era enorme. Cante por Mairena... del Aljarafe.

YA VENDRÁ EL VERANO.- Pino, el antiguo revolucionario expropiador de las Juventudes Socialistas, ahora convertido en otro genio de las finanzas como vicepresidente de la Inmobiliaria Prasa (lagarto, largarto... y no de la Catedral), lo puso al frente de los centros sanitarios dependientes de la Diputación para que se los largara cuanto antes al SAS. De Pino heredó el despacho del Cuartel de Intendencia, del que no le gusta nada la calefacción, que va por el suelo, en lo que los leoneses llaman "las glorias". Aunque en el despacho está en la gloria, detesta las glorias calefactoras, porque se asa de calor en invierno. Por eso piensa que la Alcaldía Baja es más fresquita...

Sobre "Alfredo", en El RedCuadro

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