|
Cada
día surge una oportunidad de hacerle la prueba del nueve a la
autonomía andaluza. Ahora, la prueba de Ayamonte. Ha tenido que
pasar un siglo entero, el XX, para que se pueda ir por autovía
hasta la raya de Portugal. Lo que en Cataluña y Vascongadas
consiguieron durante la dictadura de Franco, aquí lo hemos
logrado a los veinte años de la autonomía. Que esto suele
olvidarse: cuando Andalucía tenía aún carreteras de macadán
y casillas de peones camineros con gallinas, Franco les hizo
autopistas a catalanes y vascos. De ahí la velocidad que
cogieron, corriendo por las bandas de aceleración de esas
autopistas de la dictadura, de modo que llegada la democracia y
las respectivas autonomías no les vemos ni la matrícula. No es
malo recordarlo en el día de hoy, 20-N. Andalucía fue la gran
castigada durante la dictadura. Franco se olvidó de la tierra
que le había ayudado, con hombres y con dinero, con alimentos y
con fábricas, a ganar la guerra civil. Andalucía, de rodillas
ante el dictador, no se atrevió a pasarle la factura de la
Victoria. Lo máximo que consiguió fue que, cuando el
desarrollismo, le enviara a Huelva las industrias contaminantes
que no querían en la España que encabezaba la liga de la renta
per capita. Por el contrario, el dictador se volcó con las
regiones de España que habían sido republicanas hasta el final
de la guerra, con Cataluña, con Vascongadas, con el Reino de
Valencia. Por lo que respecta a Sevilla, hay que reconocer de
acuerdo con la verdad histórica que la factura la capital
andaluza tenía al cobro e impagada con Franco no la hizo
efectiva hasta que se la pagó Felipe González en vísperas de
1992. De 1939 a 1992, echen las cuentas del atraso histórico.
La de la dictadura, pues, sí que fue una deuda histórica
con Andalucía, que vamos cobrando a plazos, trampeando, muchas
veces al ya te veré. Por ejemplo, lo de ahora con la autovía
hasta Ayamonte. ¿Se imaginan que no hubiera habido hasta ahora,
hasta el año 2001, una autopista hasta la frontera con Francia
desde Guipúzcoa o desde Gerona? Pues esto ha ocurrido en
Andalucía y le ha parecido a todo el mundo lo más normal.
Hablamos, ojo, de una autovía en tierra llana, con el puente
internacional ya hecho. No hablamos de una autovía por
montañas, con túneles y puentes costosísimos. Y no hablamos
de centenares de kilómetros, sino de 55 kilómetros de nada. El
Ministerio de Fomento se ha gastado 30.000 millones de pesetas
en este trecho que faltaba para poner a Huelva a la altura de
los tiempos. ¿Qué son 30.000 millones comparados con los
costes del tributo de hacerle un AVE a Cataluña, para que
tampoco en esto sea menos que Córdoba o que Sevilla? Y de otro
lado, ¿dónde han estado las voces de la Junta de Andalucía
que reclamaran a Madrid este mínimo supuesto de
infraestructura? Con los 3 billones de pesetas de presupuesto
que tiene, Chaves podía haber quedado como un señor, si con
orgullo andaluz hubiera llamado al ministro de Fomento y hubiera
dicho:
-- No se preocupe usted de la autovía hasta la raya de
Portugal. Como tenemos 3 billones de presupuesto, los andaluces
tenemos mucho gusto en convidar a autovía a la red de
carreteras del Estado y vamos a hacerla por nuestra cuenta...
Lo peor es que el
mismo silencio que ha habido con Huelva existe ahora con
respecto a Almería. Nada, el problema principal que tiene
Andalucía es la Policía Autónoma. Que Almería no tenga
autopista, que los aviones a Madrid cuesten un congo y que hayan
suprimido el tren nocturno no cuenta. Ante todo lo cual verán
el escarnio que es recordar aquel viejo lema del 28-F: "De
Ayamonte a Almería, una sola Andalucía..."
También
en El RedCuadro: "¿Existe Almería?"
Hemeroteca de
artículos en la web de El Mundo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
Libros
de Antonio Burgos publicados por Editorial Planeta -
|