Aunque
estamos en Cuaresma, continúa el Carnaval de los papeles
cambiados y los disfraces en la política. Como la derecha se
disfrazó de progresismo antibélico y suprimió la mili
obligatoria, a Zapatero no le ha quedado más remedio que
disfrazarse de derecha y decir que dónde vamos a llegar con la
ola de inseguridad ciudadana que nos invade. Le faltó decir en
el Congreso lo de las vecindonas:
-- Mire usted: ayer, a la sobrina de la cuñada de una amiga
mía le dieron un tirón del bolso, y cuando llegó a su casa se
encontró la pobre con el niño llorando, porque unos chavales
de su misma edad le pusieron una navaja en el cuello al salir
del colegio y le quitaron la chupa, el móvil y el disco de
"Operación Triunfo"...
Algo raro ocurre en España cuando el baranda de los
socialistas dice las mismas cosas que las señoras del barrio de
Salamanca. A este paso, Zapatero corre el riesgo de ir a misa de
12 en la iglesia de la Concepción y dar luego una limosnita a
los mendigos fijos de plantilla de la puerta de la cafetería
California. Como la derecha está haciendo una política
progresista, que la presunta izquierda pisa la raya de picadores
de lo que entendíamos por carcundia y reacción. Y es una pena
que esto se le haya ido vivo a Aznar, que no es precisamente un
virtuoso del bote pronto y del sentido del humor. Zapatero le
echó en cara en el Congreso que había delincuentes en libertad
con 100 detenciones en su haber. Ahí es donde el asunto se le
fue vivo a Aznar. Para que otra vez no le ocurra, me permito
escribirle el discurso que tenía que haber dicho, como Onega se
los escribía a Suárez. Aznar debería haber dicho:
-- Pues sí, señor Zapatero: hay delincuentes en libertad
que han tenido 100 detenciones. Mi ministro del Interior le
mandó por cierto una relación de ellos al fiscal general del
Estado... ¿Y sabe usted por qué, señor Zapatero? Pues porque
mis policías los detienen una y otra vez, y los ponen a
disposición de los jueces. ¿Y qué pasa? Pues que sus jueces
de usted, sus jueces progresistas y democráticos, como aplicar
la ley por lo visto es algo reaccionario, van y ponen en
libertad a esos delincuentes una y otra vez, hasta cien. Así
que, señor Zapatero, en vez de pedirme que mis policías
represores detengan otra vez a esos delincuentes, mejor dígale
a sus jueces progresistas que no los pongan siempre en libertad.
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