Diario El Mundo

  Clic para ir a la portada

El Recuadro   

 Antonio Burgos
Pinche para conectar en El Mundo en Internet Ir a la pagina principalPágina principal-Inicio
El Mundo,  miércoles 24 de julio del 2002

  ¿QUIÉN HACE ESTO?    Abel Infanzón de hoy 


ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Ana y los morancos

De mi admirada y respetada Ana de Palacio dijo Erasmo que era como Ana Bolena en Asuntos Exteriores. ¡Bingo! Despejaba así a córner muchas incógnitas. Cuando la vimos por vez primera en el telediario, nos preguntamos: "¿De qué me suena a mí esta cara?" Claro, nos sonaba del Museo del Prado, salas de Pantoja de la Cruz o de Sánchez Coello. Pero todo eso es Historia, que nos interesa sólo a cuatro gatos, probablemente los mismos que seguimos sosteniendo que la dignidad nacional ha sido pisoteada en Perejil, al arriar nuestra bandera roja y gualda (sí, roja y gualda, ¿pasa algo?) porque lo dice Colin Powell, un señor a quien nadie ha votado en España y que manda aquí más que el Banco Central Europeo, que ya es mandar.

Ana de Palacio se viste de caricatura de sí misma. Cuando llegó al aeropuerto de Rabat todo el mundo estaba pendiente de quién iba a recibirla: si el que le va a por café a Benaisa o si la señora de la limpieza del Ministerio marroquí de Asuntos Exteriores. Eso no era lo interesante. Me intrigaba ver qué se había puesto para el viaje. Ana de Palacio no se considera vestida hasta que no se echa al cuello, a modo de bufanda o chal, media sección de complementos de señora del Corte Inglés y se pone su pedazo de collarón tipo tienda de los veinte duros con unas cuentas así de gordas; los huevos de avestruz son bolitas de alcanfor al lado de los perlones de bisutería mala, mala, mala que se gasta.

La vi llegar así a Rabat, y luego en ese concurso de caras largas que era la reunión ordenada por Washington. Me dio pena, qué lástima de hija, tan desvalida. Pensé: verás tú cuando la cojan los morancos... Qué riesgo más grande e innecesario está corriendo esta mujer con los morancos. No pensaba en estos morancos que han llamado al Primo de Zumosol de Washington para que se retire el Tercio Duque de Alba. No pensaba en el moranco Benaisa ni en el moranco Yusufi, ni en ninguno de los morancos que le comen en la mano a Felipe González, los morancos que riman con Polanco. Son otros los morancos que me hacen temer por Ana de Palacio, con sus rizos de cuadro antiguo, con sus siete mil pañuelos al cuello, con sus collares de bolas de billar. Así caracterizada de sí misma, vestida de Ana de Palacio como el difunto Conde de la Maza iba por la vida vestido de Conde de la Maza, la ministra es carne de moranco como España es carne de Departamento de Estado. A esos morancos debe temer, no a los de Rabat. Es que lo estoy viendo, al moranco alto y rubio haciendo a Ana de Palacio con los rizos, los pañuelos y los collares. En cuanto al otro, al moranco más bajito y moreno, es que tiene ya la cara de haberse tragado un islote de Benaisa. Don Jorge y don César Cadaval: ustedes tienen ahora la responsabilidad histórica de explicarnos de verdad qué ha pasado con doña Ana y sus colegas los morancos felipistas. (Porque esta tragedia de la dignidad nacional es de pasillo de comedias.)

 


Clic para ir a la portada  

Hemeroteca de artículos en la web de El Mundo

Biografía de Antonio Burgos  

Libros de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés

Libros de Antonio Burgos publicados por Editorial Planeta - 


Correo Correo


ARTÍCULOS DE HUMOR  

ABEL INFANZON "LA ESE 30"

PUNTAS DEL DIAMANTE

 


Pinche para conectar con El Mundo, edición íntegra en Internet

 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España.

 

     

   

 

 

¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio

Regresar a la pagina principal