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El
Gobierno ha aprobado otra tacada de mejoras económicas que
tocan directamente al bolsillo, y nada. Nadie se ha enterado.
Claro, es lógico, esta vez ha tocado el turno a algo que no
afecta a casi nadie: las hipotecas. Estos tíos fachas no se
enteran: ¡cuidado que gobernar nada más que pensando en los
intereses de los grandes empresarios! Este gobierno sólo piensa
en la oligarquía y se olvida del llamado español de a pie (que
suele ir en un BMW). Ha aprobado un paquetón de medidas sobre
las hipotecas. ¿Y a quién afectan las hipotecas? Pues a los de
siempre, a sus amiguetes. Aquí, como es sabido, sólo tienen
hipotecas la Baronesa Tyssen, Samuel Flores, Carlos March y tres
o cuatro oligarcas más. El pueblo llano no tiene hipoteca
alguna, no sé por qué mejoran algo que no beneficia a los
trabajadores. Aquí, como es sabido, todo el mundo se ha
comprado al contado el piso. Nadie ha firmado una hipoteca para
la segunda residencia del apartamentito en la playa o del
adosado en la urbanización de la parcelita.
Y menos mal que esto de las
mejoras de las hipotecas lo ha anunciado Rodrigo Rato y no
Cristóbal Montoro, ese ministro que tiene el Gobierno con tal
cara de pena, que sale en TV para decir que baja los impuestos y
parece que está dándonos el pésame. Cuando bajaron las
retenciones del IRPF, salió Montoro de catafalco y oro, y nos
dijo:
-- Perdonen ustedes, a ver si
lo comprenden, pero no hemos tenido más remedio que bajar las
retenciones del IRPF. Ustedes sabrán perdonarnos si el día 30
se encuentran con cinco mil duros más en el sobre de la paga...
No quiero ni pensar la que
habría liado el PSOE en el poder y con todo el aparato
mediático a su servicio si hubiera hecho no ya la política
económica del PP, sino una sola de sus medidas: la supresión
de la mili obligatoria. ¡El lote de llorar que se hubieran
pegado las madres de España cuando González les hubiera dicho
que sus niños ya no tenían que ir al cuartel! Estos torpes
carajotes quitaron la mili obligatoria y no se enteró ni
Cascorro. Tienen diez millones de votos, pero no tienen voz.
¿Cuántos portavoces del Gobierno han tenido desde que están
en el poder? ¿Quién recuerda no ya la voz, sino el nombre de
un solo portavoz? Al humo de las velas, de las funerales velas
por la mayoría absoluta desaprovechada, Mariano Rajoy reconoce
ahora que el Gobierno ha podido cometer errores no de fondo,
sino de comunicación. Todos, don Mariano: todos los errores de
comunicación posibles han cometido ustedes, empezando por entregar
las armas mediáticas al enemigo y tenerlo en plantilla de
los medios públicos. Y continuando porque nadie sabe que usted
es a quien ahora le tocó la china de Portavoz del Gobierno, ese
como baile de la escoba en que todos se han ido largando el
mochuelo unos a otros, de Miguel Ángel Rodríguez a esta parte.
En materia de comunicación el Gobierno es como ese tío mal
encarado que te dice que te va a regalar cuarenta mil duros, y
te lo anuncia de una forma que no tienes más remedio que
pegarle dos bofetadas.
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