Anda que casi nadie se ha
enterado de que el arzobispo ha comido en casa de Nicolás Valero... No, no vayan a
preguntar: ¿quién es Nicolás Valero? Pregunten más bien: ¿quién es ese cura alto y
guapetón que está almorzando al lado de Nicolás y de Tere? A muchos, Valero les
inquieta. A mí me divierte. No le hace mal a nadie, con su eterna sonrisa eginética, con
su chaqueta de punto azul en cuyo bolsillo de pecho sobresale siempre un pañuelo de seda,
caro, caro, caro. ¿Qué es Nicolás Valero? ¿Empresario, abogado, cónsul de Costa Rica?
Nada de eso: Rey Mago. Nicolás Valero es, por encima de todo el que el año que viene
sale de Rey Mago. Cuando estaba la televisión dando el almuerzo de Valero al arzobispo,
el "todo Sevilla" decía lo que suele Isabel Rodríguez de Quesada, que lo
conoce mejor que nadie:
-- Las cosas de Nicolás...
Porque sabrán que esas 347 o
348 personas que se llaman a sí mismas "el todo Sevilla" se dividen en dos
grandes grupos: los que largan de Nicolás Valero (después de mangarle la convidá) y los
que les cae bien Nicolás Valero. Lo de mangarle la convidá es condición indispensable
para largar de Valero. A Nicolás se le manga favor en su Escuela con la niña que quiere
ser azafata; balcón y torrijas del Martes Santo para ver La Candelaria; cenita (como
él dice) en la otrora polémica casa de la famosa licencia de la calle San Fernando... Y,
acto seguido, se pone verde a Nicolás. Nosotros , como no le mangamos nada, no lo ponemos
verde. Estamos en el segundo grupo del "toda Sevilla". Nos cae bien Valero. Qué
arte, inaugurar la lista de Reyes Magos del siglo XXI, pero no con polvorones y zambombas,
que no tiene mérito, sino en plena Feria. ¡Viva Baltasar 2000, que no me negarán que
tiene nombre de sociedad instrumental de Carlos Herrera y Paco Cervantes! En Sevilla ha
habido cientos de Reyes Magos, pero a ninguno han anunciado tan pronto. Nicolás es tan
personal e intransferible que ha inaugurado los "Reyes Magos con farolillos".
Los anteriores, e incluso los que le acompañarán, son todos Reyes Magos sin farolillos.
Sí, ya sé, Nicolás, no es por ti. Por ti, a eso de ser Rey Mago que le den por saco, ya
lo sé, ni con Pepito Caramelos quisiste ser. Es por tu hijo. Quien ha mejorado
sorprendentemente, y me alegro, desde que lograste cumplir con el deseo del chaval, de ser
hijo de Rey Mago. Y como quiera que esto de salir Rey Mago en el caso de Valero es una
medicina, no descarto la posibilidad de que la tela que tenga que pagar Nicolás al Ateneo
para que el 5 de enero del año 2000 los tiznen de Baltasar la suelte Manuel Chaves, que
está pagando últimamente todo lo de botica en plan gratis total.
Y si bien me caía Valero,
más me cae cuando ha conseguido que el arzobispo en persona vaya a su casa, para un
agasajo postinero, con la crema de la intelectualidad, Benjumea incluido, no estaba El
Lele, qué raro... Y el Papa, porque no se lo ha propuesto, eso llama a Javierre y está
hecho. A Nicolás los arzobispos le comen en la mano y en la casa, como vimos a monseñor
dándole al canapé en Onda Giralda. Anda que no se ha enterado nadie de que Valero ha
convidado al arzobispo en su casa... Aprended, hermanas Cobo: lleváis a cenar en vuestra
casa a Plácido Domingo, a Montserrat Caballé y a Alfredo Kraus juntos y no lo dan ni por
el Canal 47...
Ah, y al final pero no lo
ultimo, Valero es cónsul general de Costa Rica en Andalucía, cuerpo diplomático total.
Cónsul ad honorem. Traduzco: sin trincar. No, si últimamente Valero está de un
generoso que es que lo tira... No me extrañaría que ahora se trabajara los patronazgos,
en plan Javier Benjumea, para que lo hicieran maestrante. Porque Valero consigue todo lo
que se propone. Si no conociera a Tere Garrido su mujer hasta diría que Nicolás era el
novio del chiste del cura y de la petaca. Me queda una profunda duda: ¿se aprende lo de
Valero en su Centro de Nuevas Profesiones? Es que Nicolás me cae tan bien y me divierte
tanto con sus habilidades de nueva profesión de sí mismo, que yo de mayor quiero ser
Valero.
-----------Puntas del Diamante-------
EL CUARTO SECRETARIO.-
¿Era la de secretario general del PA una nueva profesión que se aprendía en el Centro
Español de Nuevas Profesiones? No sé. Sí sé que gran parte de cuanto Valero es se lo
debe a su amigo, el viejo profesor (éste sí que es un viejo profesor honrado) y
decano del centro: al caballerazo Luis Uruñuela. Su relación con Luis es tal, que cuando
la Secretaría General del PA era regida por un triunvirato (Rojas Marcos, Uruñuela y
Arredonda), dicen que influía (o trataba de influir) tanto en el partido, que le llamaban
"el cuarto secretario".
KENNEDY Y PACO OTERO.-
Valero estudió Periodismo en el entonces Estudio General de Navarra y como alumno en
prácticas llegó a ABC de Sevilla. Y nada más llegar, le dijo a Paco Otero, por aquellas
fechas redactor-jefe: "¿Usted me puede dar la dirección de Kennedy en la Casa
Blanca?" "¿Para qué la quiere usted?" "Es que quiero montar un
Centro de Nuevas Profesiones, y a ver si Kennedy me echa una manita..." Paco Otero,
cuando comentaba esta anécdota, añadía: "Tú vas en pleno mes de agosto, a las
tres de la tarde, con 40 grados a la sombra, por la Recta de Los Palacios, y ves que
enmedio de unos rastrojos está Nicolás Valero. Bueno, pues no te preguntes qué está
haciendo allí Nicolás Valero. Ten la completa seguridad de que algo le está
sacando..."
EL ARTE DE PREGUNTAR.-
Malogró su carrera de periodista. Es el que mejor pregunta a cara de perro del mundo.
Valero pregunta con tal franqueza e indiscreción lo que nadie se atreve, te coge tan
fuera de juego, que eres tan tonto que le respondes... y encima con la verdad. Es lo que
le ocurrió a Rafael Atienza, quien lo ha contado muchas veces. Estaba de cuerpo presente
su padre, don Pablo Atienza, en su casa del Patio de Banderas, y llegó Nicolás al
velatorio a dar el pésame. Abrazos a la familia, pésames y, de golpe, ese Valero que le
escopetea a Atienza: "Oye, Rafaelito, una pregunta: y tu padre... ¿ha dejado bien
arregladas las cosas?" Rafael Atienza añade al recordarlo: "Claro, como Valero
te pregunta las cosas así, me cogió tan desprevenido y fui tan imbécil que no sólo le
respondí, sino que...¡le dije la verdad!"
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ABEL
INFANZON "LA ESE 30"