Soterramiento.
La palabra es espantosa, pero la obra, una octava maravilla que
ha hecho Cádiz
a cencerros tapados, ante una total ausencia de aplausos por
parte de crítica y público de más acá del Trocadero, y ante
la indiferencia general de esta Andalucía tan unida y
vertebrada.
-- Mire usted cómo se me ha quedado el dedo cuando ha dicho
usted lo de "unida y vertebrada"...
Es más fácil encontrar a Ben Laden que hallar la unidad de
Andalucía. Ya ni siquiera se oye la frase clásica del XIX, en
cuya respuesta se solía hallar el norte de las libertades y de
los ortos y ocasos del absolutismo:
-- ¿Qué pasa en Cai?
Si a los sevillanos no les interesa casi lo que pasa en
Sevilla ni a los malagueños lo que pasa en Málaga, ¿cómo nos
va a interesar a los andaluces lo que pasa en Cádiz? Y lo que
pasa en Cádiz es que han hecho una obra maravillosa con ese
nombre espantoso del soterramiento.
Claro, la alcaldesa ha soterrado al único que se podía dejar
soterrar: al tren. Tú le dices a alguien en Cádiz que lo vas a
soterrar y te dice:
-- ¿Por qué no soterras mejor el chupapiera de tu prima?
Escribí un día que Cádiz
era La Habana con más salero, pero también pude haber
dicho que Cádiz
era como Berlín, pero con San Severiano al otro lado del muro
y Puntales más allá de la puerta de Brandemburgo de las
Puertas de Tierra. Mucho hablar de que habían derribado el
muro de
Berlín, pero aquí teníamos un muro ferroviario que tenía
partida en dos a la ciudad no solamente más antigua, sino con
más escasez de suelo urbano de Occidente. Cádiz se ha librado
del tren que la dividía como nueva muralla sin bombas de los
fanfarrones, y ya todo el Trasmuro es la misma común tierra de
promisión, donde se han liberado terrenos de los antiguos
astilleros y han puesto un Cortinglés con la cafetería que
tiene la vista más hermosa de toda la hostelería española.
Pidas lo que pidas, en la cafetería del Cortinglés de Cai te
ponen siempre de tapa una vista de la Bahía.
De todo esto que ha pasado en Cádiz no se han enterado los
andaluces. Como no se han enterado de lo que pasó ayer en
Cádiz, que estrenaron el Metro. Tal como suena. Por el precio
del soterramiento, Cádiz se ha encontrado hecho un Metro. Es
como si una maría de La Viña hubiera ido a un refino por un
corte de cinta y le hubiera dicho al dueño:
-- Dámelo bien despachaíto, Paco...
Tan bien despachaíto ha pedido Teófila Martínez su corte
de soterramiento en el refino de Fomento de Paco Cascos, que por
el mismo precio le ha regalado un Metro. Sin tanto cuento de
Sociedad del Metro como en Sevilla ni tanto llevarse el dinero
de todos los españoles como en el Metro de Bilbao, Cádiz tiene
desde ayer el primer ferrocarril urbano de Andalucía. Cada diez
minutos, a 90 céntimos de euro el pelotazo del billete, un
Metro va bajo la mejor tierra de la Bahía, de Cortadura a las
mismas verjas del Muelle Ciudad. "De Cortadura hasta el
muelle": pónganle una guitarra de la Peña de Enrique El
Mellizo y les salen unas alegrías. "De Cortadura hasta el
muelle": pónganle caja y bombo al compás del tres por
cuatro y les sale un pasodoble de chirigota de los de nudillos
en los nudos de la madera de un mostrador de medias limetas. Y
con estaciones con nombres puestos para dar facilidades a los
poetas populares: Segunda Aguada, San Severiano, Estadio... Por
ese Estadio ya no pasa el tren del gol. Ahora pasa el Metro del
gol. Porque Cádiz le ha metido a Sevilla, sin tanto cuento, un
gol en forma de Metro. Un gol por toda la escuadra. Por toda la
escuadra de la Gloriosa de 1868 fondeada en la bahía de un
tango, "viva España con honra se oyó gritar"...
Cádiz
en El RedCuadro
Hemeroteca de
artículos en la web de El Mundo
Biografía de Antonio Burgos
Libros
de Antonio Burgos en la libreria Online de El Corte Inglés
Libros
de Antonio Burgos publicados por Editorial Planeta -
Correo
|