Vea en
Galería el Homenaje Gráfico a Enrique Villegas
En una cueva de Liverpool, con
lo lejos que estaba entonces Liverpool, un buen día empezaron a armar el taco unos
muchachos que se dejaron el pelo, como El Cordobés, y cogieron las guitarras eléctricas,
yeah, yeah. Las mocitas se arremolinaban, y empezó a hablarse de las fans,
que eran como las de Raphael, pero sin discos de Hispavox. Let it be. Había
surgido el fenómeno social, histórico, cultural y económico de Los Beatles. Help.
Una revolución muy superior a lo que años más tarde habría de ser el Mayo francés de
1968. Noticia que llegó, tarde y mal, como siempre, a España. Y como en la agencia Efe
había que hablar por órdenes de Franco la lengua del Imperio y dejarse de anglicismos,
el redactor de guardia que le tocó traducir el telegrama de Associated Press, leyó Beatles,
creyó que ponía Beetles, se hizo con el diccionario Collins un lío y puso Escarabajos,
que es lo que significa Beetles, pero no Beatles, que van por la cultura
Beat de la que el régimen no tenía ni puñetera idea.
Mucho tiempo tuvo que
pasar hasta que Los Beatles fueron redimidos de la etiqueta confusa de "Los
Escarabajos". Tanto, que cuando a la hora de hacer la crónica satírica de un año
Los Beatles llegaron en 1965 a los temas y a los títulos del Carnaval (entonces Fiestas
Típicas Gaditanas), a Enrique Villegas se le ocurrió el habitual retruécano de doble
intención para nombrar a la comparsa que sacaba tras el éxito de "El Oro de
Andalucía": "Los Escarabajos Trillizos". Suele ocurrir en el Carnaval
gaditano que los autores titulan de un modo a sus agrupaciones y el pueblo las llama de
otro, léase Los Borrachos, Las Viejas, Los Niños. Y como en Liverpool hay que mamar, al
instante dejaron a un lado aquello de "Los Escarabajos Trillizos" con que la
inmensa capacidad de Villegas había dado el pelotazo en el Falla. Ni escarabajos, ni
trillizos, Los Beatles de Cai del tirón, que aún se está oyendo el estribillo de su
cuplé:
- Vamos a tomar el sol a Puerto Real,
- el puente está listo, el puente estará,
- el puente está listo, ya lo verá usted,
- cuando yo me pele, ye, ye, ye, yé, yé...
Y ahí están, cantando en
la calle. Yellow submarine, que se traduce: "Amarillo el palomino es, amarillo
es, amarillo es..." Para que hablen mal de las Fiestas Típicas, sin las que
no hubiera sido posible el Carnaval de la democracia. as Fiestas Típicas sí que fueron
una forma de resistencia a la dictadura por medio de la gracia. Ahí están cantando Los
Beatles de Villegas. En la plaza del Palillero. Los oye hasta el mismo John Lennon, un
guiri que ha venido desde Liverpool porque hasta allí han llegado las voces de la gracia
que tienen unos Beatles que Enrique Villegas ha sacado en Cai. Y está también en el
grupo el propio Villegas, que como desconfía siempre de éxito fácil, ya está pensando
en componer la maravilla del pasodoble de "Las quince piedras".
Es el Cádiz del Plan de
Desarrollo, de don José León Carranza en la Alcaldía, de los banquetes en El Anteojo,
de la barra de la Cafetería Mikai, de Machuca el jefe de los guardias rompiendo la porra
en las peleas con los marineros franceses. El Cádiz de las Fiestas Típicas de Vicente
del Moral y de Momo Almagro entrando en el Guinnes Book de pelar langostinos a una mano,
que ni la mitad de velocidad sacó luego Mariano Baquedano con las dos manos. Cádiz
sueña, y Los Beatles de Villegas le cantan la nana del puente Carranza. Cádiz va a estar
con su gran puerto container, orgullo de la bahía y con su puente, que sabe Villegas
que lo van a construir exclusivamente para que Los Beatles vayan a tomar el sol a Puerto
Real. Y a Puerto Rico, porque aquel gran pelotazo fue una inmensa tarjeta de presentación
del Carnaval de Cádiz en el mundo. De la Plaza del Palillero al Cortijo de Los Rosales y
del Cortijo de Los Rosales a los cortijos de todos los rosales del choubisnis del mundo.
Disco va y televisión viene. Disco microsurco, en un Carnaval pre-casés y TVE en blanco
y negro del Paseo de la Habana. Allá que va el director, Antonio Pérez "El
Charpa", que parece con las melanas un Cordobès del Carnaval, y que pronto se
aprende la geografía de todos los teatros y las salas de fiesta de España. Como guía
lleva al Peña de Cai, que es el bombista. Ha sustituido a Juanaco, el que tocaba el bombo
con Hapo de cajilla. Al Peña lo disfrazan de Pérez, con una peluca de calvo, cuando yo
me pele, ye, ye. Y cuando cantan en el popurrí, Peña es el Pérez por cumbia de Los Tres
Sudamericanos: "Me lo dijo Pérez, que estuvo en Pamplona, y vino corriendo delante
de un toro hasta Setenil..." Está Paquito el Chungaleta, hasta en Bilbao descubren
qué pedazo de contralto es El Niño Dominguito...
Sí, vamos a tomar el sol a
Puerto Real. El puente está listo, ya lo verá usted, porque lo han inaugurado los
comparsistas de Villegas. Dicen que lo ha inaugurado Carranza, pero es mentira, porque ya
vamos a tomar el sol a Puerto Real, y El Charpa se ha pelado para hacer de beduino con
Paco Alba y Peña está ya de Príncipe Carlos en "La Boda del Siglo", ¿qué te
parece Lady Di?, que hay mucha gente, joé... El puente está listo, ya lo verá usted,
porque lo ha inaugurado Enrique Villegas Vélez, este gitano errante que nació en
Ayamonte, este artista que tiene duendes negros y el oro de Andalucía en la sal de mi
tierra de sus coplas, tan gaditanas como las quince piedras de la Caleta. Dicen que este
año de 1999, Enrique Villegas dará el pregón del Carnaval de Cádiz. Ya fue pregonero
de Cádiz por el mundo en 1965. Su pregón se llamaba Los Beatles de Cai.
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