Jueves 31: La Goleta
Está a dos pasos de La Campana, a la espalda de
la centenaria confitería. En el trozo de Santa María de Gracia
que arranca en ángulo de revellín medieval desde Sierpes y que
recuerda a Rafael Padura. En la esquina de una calle que le
preguntas a un sevillano dónde está y nadie lo sabe: Vargas
Campos, que es la que discurre a la espalda del antiguo hotel
Biarritz. En esa esquina, una de las poquísimas tabernas
clásicas que quedan en todo el centro: La Goleta. Mostrador de
mosto de Villalba y de antiguas, breves tapas tabernarias de
altramuces. Un templo del vino y de la conversación. Aún hay
sevillanos que paran en La Goleta; que van allí todos los días,
de tertulia, de amistad, en lo que los pedantes llaman calidad de
vida y cultura del ocio. Seguramente La Goleta está breada a
impuestos municipales y estatales y sus dueños se las ven y se
las desean para vivir del negocio. Nadie tiene en cuenta que estos
establecimientos, desprotegidos y abandonados a su suerte, sí que
marcan el carácter de la ciudad. Desde aquí les invitamos a que
cuando pasen por La Campana, entren por el callejoncito de Santa
María de Gracia y se gasten unos duros o unos euros en el
mostrador antiguo de La Goleta, como un homenaje a tanta Sevilla
como representa esta taberna. Si no, llegará un día en que, ay,
tendremos que incorporarla al libro de las cosas perdidas.
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Miércoles 30: Cuartel del
Carmen
Aunque los alumnos protestan cuando van las
autoridades a inaugurarlo, el Conservatorio de Música ya está en
marcha en el edificio del antiguo Cuartel del Carmen de la calle
Baños. Ahora es fácil que un edificio histórico se salve y sea
rehabilitado para un uso cívico. Pero hubo un tiempo, no tan
lejano, en los mismos albores de la transición, en que estos
monumentos de Sevilla corrían el riesgo de la piqueta. El Cuartel
del Carmen no se salvó por iniciativa pública, sino gracias a la
imaginación de los integrantes de la extinta asociación Adelpha
de defensa del patrimonio artístico. Estaba anunciada y convocada
su subasta por el Ramo de Guerra para su derribo y especulación,
cuando los de Adelpha se presentaron en Capitanía e impugnaron y
pararon la subasta. Después, tras muchos esfuerzos, consiguieron
que se emprendiera el camino que ahora ha llevado a su
reutilización, tras muchos años de abandono del antiguo convento
carmelita. Aunque fuera en un rinconcito, allí debería haber por
lo menos una pequeña placa de agradecimiento ciudadano, que
recordara que aquello se salvó de la piqueta gracias a los
ecologistas urbanos de Adelpha.
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Martes 29: Fibes, isla mágica
De aquí en una semana, en la Fibes, la Feria
Mundial del Toro. Quinta edición. Inauguración regia, con
espectáculo de Salvador Távora en homenaje a Fernando Villalón.
No está mal cuarto y mitad de Villalón real frente a tanto Cernuda
oficial. Con la invitación, nos llega el programa anual de la
Fibes y llegamos a la conclusión de que eso sí que es una isla
mágica en un océano de proyectos descabellados a los que nadie
quiere darles el descabello. Y además, sin ruina de ninguna
clase. Ya se celebró la Feria de Arte Contemporáneo, y tras la
Feria del Toro vendrán luego la Feria de la Tapa, el Salón de la
Hostelería, la Feria del Mueble, la Feria de Internet, el Salón
de Antigüedades, la Feria de la Aceituna de Mesa, la Feria de la
Subcontratación... Y todo esto, antes del verano. Que después de
los baños vienen la Feria del Flamenco, la Feria de la
Construcción, el Salón del Automóvil, el Sicab. Qué sé yo la
de cosas... Lo consignamos con alegría, en esta Sevilla del
auditorio de la Cartuja abandonado, donde todo el mundo está
llorando para pedir una subvención y una quita por lo mal que le
van las cosas. "En Sevilla con todos los honores", dice
el lema del Palacio de Congresos y Exposiciones en el anuncio de
su programa anual. Con todos los honores, y con éxito. Algo que
aquí no se perdona, Felipe Luis Maestro...
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Lunes 28: La quinta de Becerril
Dicen que con este Congreso, Javier Arenas puede
haber cogido más poder en el PP que Zarrías en la Junta. Pero
por mucha fuerza que tenga allí Arenas, ese partido no acaba de
enterarse de Sevilla y mucho menos de Andalucía. Hacen, con el
Congreso, la renovación del banquillo y leemos en letras gordas
que se trata de "La quinta de Becerril" según unos
titulares o de "Los cachorros de Becerril" según otros.
Y nos decimos: "Hombre, menos mal que se acuerdan de Alberto
Jiménez Becerril como símbolo de los jóvenes que pusieron todas
las ilusiones en el partido, hasta el punto de dar su vida por la
libertad". Vana ilusión nuestro pensamiento. Seguimos
leyendo, y resulta que estos jóvenes cachorros se llaman de
Becerril no por su compañero Alberto, sino porque se reúnen para
conspirar en un pueblo de la sierra de Madrid que tiene ese
nombre: Becerril. Lo más triste es que entre quienes usan el
nombre de Becerril en vano está el sevillano Ricardo Tarno... Lo
dicho: que los del PP de Madrid están con respecto a Sevilla como
Regaéra, que no se enteran. Becerril no es un nombre que en el PP
se pueda tomar a broma.
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Domingo 27: Tobalito
Siempre de traje y corbata, tamaño tarro de las
esencias, caballero cubierto con el sombrerito de brevísimas
alas, como un seise del currismo en su abono de la sombra baja del
tendido 3. En la solapa, la ramita de romero. Pero no romero de
exhibición de estos últimos años, cuando la llevaba todo el
mundo, sino de los difíciles tiempos de almohadillas, cuando la
tarde de los seis toros de Urquijo parecía que era un sueño que
nunca se iba a volver a repetir. La ramita de su solapa era de
romero, pero romero de romería, de peregrinación a la Roma
andaluza del Baratillo. Venía a Sevilla con la unción sacra con
que los moros van a la Meca, ritualmente, desde El Arahal al
Arenal, siempre acompañado por su sobrino. Se llamaba Cristóbal
Cano Guerrero. Los apellidos no les sonarán quizá, pero sí su
nombre de guerra artística, con el que libró tantas batallas en
la cruzada contra los infieles que no profesaban la sagrada fe del
currismo: Tobalito. A los noventa años, ha muerto en su pueblo
Tobalito del Arahal. Era el decano de los curristas. Sus
correligionarios entendemos perfectamente que Tobalito nos haya
dejado. Si su
Curro de su alma se había ido en La Algaba, Tobalito ya no
tenía nada que hacer ni que esperar en este mundo.
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Sábado 26:
Internacional-catolicismo
Con los principios de libertad religiosa y de
separación entre Iglesia y Estado que inspiraron la
Constitución, en la Semana Santa de Sevilla desaparecieron los
últimos vestigios del calificado por González Ruiz como
nacional-catolicismo. Lo que en la práctica supuso que en los
cortejos cofradieros dejaran de verse uniformes de
representaciones militares, guiones del Generalísimo, armas de
las compañías de honores. Muchos años después, vuelve algo
peor que el nacional-catolicismo: el internacional-catolicismo. En
las ansias de destacar, una cofradía más triste que seria se
traerá esta Semana Santa una representación de los bomberos de
Nueva York para que, vistosamente uniformados, salgan en el
cortejo y les toquen las palmas en la carrera oficial. Si esto no
es folklore cofradiero del más rancio estilo, que venga el Cristo
de las Almas y lo vea. ¿Qué pintan los bomberos de Nueva York en
los Javieres? Hombre, si por lo menos la legacía neoyorquina
estuviera con sus focos de la Zona Cero iluminando a la Virgen del
Refugio cuando el Miércoles Santo por la noche pase de vuelta a
San Bernardo por el llamado "Puente de los Bomberos"...
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Viernes 25: Tranquilidad y
tranca
Tranquilos, que no cunda el pánico, las mujeres y
los niños primero. No pasa nada. Vamos a ver: si a usted le
revientan la puerta de su casa y le desvalijan el piso, tómeselo
con calma. Si a usted, comerciante, le rompen el escaparate
mediante alunizaje y se llevan todas las existencias de la tienda,
tómese una tila. Si a usted, joyero, le hacen un butrón y le
vacían la caja de seguridad, tómese un Tranxilium. Si a usted,
señora, le roban el bolso por el tirón o sin quitárselo le
meten la mano en un descuido y la dejan sin cartera y sin monedero
de los euros, relájese, respire hondo, cálmese, tómese una
valeriana. Si a usted le roban el coche, o le ponen una navaja al
cuello y le quitan el reloj y la cartera, vaya a la farmacia más
cercana, pida Dapax y tómese media caja. Tranquilos. Todo menos
dejar por embustero al alcalde. El alcalde, como saben, ha dicho
que Sevilla no es una ciudad insegura. Que lo que hay es un
aumento extremo de la intranquilidad ciudadana. Como tranquilidad
viene de tranca, intranquilidad debe venir probablemente de falta
de tranca, de exiguas dotaciones policiales. Pero eso es sólo una
hipótesis de etimología. Insistimos: que no cunda el pánico.
Todo menos dejar por embustero al alcalde.
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Jueves 24: Correr detrás de los
grises
Lo de "correr delante de los grises" es
un tópico de la generación de los progres viejorros de Mayo del
68, que se hicieron conservaduros más que conservadores cuando
alcanzaron el poder con el 28-F y otros males del siglo XX. Pero
la realidad, al menos en Sevilla, no era siempre como el tópico.
No siempre se corría delante de los grises, de la Policía
Armada. En Sevilla, al menos, durante la Semana Santa, se corría
detrás de los grises. Se corría para alcanzar el paso de
misterio tras el que fuera tocando la banda de cornetas y tambores
de la Policía Armada, con su sonido único e inconfundible, con
las piezas ya clásicas de Alberto Escámez, como
"Consolación y Lágrimas", como "Evocación",
como "Cristo del Amor". Ahora, gracias a la
recuperación de Eusebio Alvarez-Ossorio, volvemos a escuchar en
disco a la Banda de la Policía Armada, en la reconstrucción
digitalizada de aquel "single" de la casa Pax que
grabaron en el Lope de Vega. Unos sonidos que afortunadamente han
tenido continuación en la Banda de las Cigarreras, en la Banda
del Sol y que, aunque de origen malagueño, son la más auténtica
banda sonora de la memoria de nuestras cofradías en la segunda
mitad del siglo XX.
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Miércoles 23: Alameda sin
álamos
¿Se imaginan el pinsapar de Grazalema sin
pinsapos, el pinar de Oromana sin pinos, el Parque de los
Arconocales sin alcornoques, el Paseo de la Palmera sin palmeras,
la Rosaleda de Doña Sol sin rosas? Pues tenemos ya algo tan
insólito y contradictorio como todo eso: la Alameda de Hércules
sin álamos. Los últimos han sido talados no con hacha o sierra
mecánica, sino con alevosía, como denuncia Izquierda Unida.
"De los álamos vengo, madre...": de hartarme de llorar
tras verlos cortados. Seguramente por la parte de Los Verdes que
le toca, IU es el único grupo municipal que está denunciando
esta auténtica campaña arboricida emprendida por Parques y
Jardines, cuyos últimos crímenes han sido cometidos en la plaza
de Pilatos o en la avenida de Manuel Siurot. Pero da igual que
denuncien lo que denuncien. El hacha y la sierra mecánica no
paran. O esos camiones arranca-árboles de la contrata que se
está haciendo rica. Con un poco de suerte, llegará el Domingo de
Ramos y Parques y Jardines no habrá talado la palmera del paso de
la Borriquita. Pero a la altura del Miércoles Santo ya habrán
arrancado el olivo del paso de misterio de Los Panaderos.
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Martes 22: Humilladero y
salmuera
Otro intento de reordenación, restauración,
revalorización y varias palabras más que empiezan por re- y
acaban en -ón del templete de la Cruz del Campo. Y van... Una
solución radical sería aplicarle al humilladero de la Cruz del
Campo la filosofía Atlanterra: volar todos los bloques que se le
construyeron alrededor en los años 60 y 70, y dejarlo exento,
dándolo todo el valor monumental, histórico y simbólico que
tiene. Otra, sin voladuras, la que ya se propuso: trasladarlo
piedra a piedra a la glorieta que está frente a Los Arcos y a la
antigua cárcel. Mientras llegan unas u otras soluciones, no
estaría de más rescatar el humilladero en su valor simbólico,
como origen de la Semana Santa de Sevilla. Allí, por ejemplo, y
no a la Catedral podría ir el anual Vía Crucis de las
hermandades, que existen gracias a que el Marqués de Tarifa trajo
de Tierra Santa la devoción por la Pasión y su culto público.
Mientras tal cosa no se haga, o su revalorización urbanística o
su restauración de contenido simbólico, cuando se hable del
templete de la Cruz del Campo la gente, como dice un guasón
local, creerá que se trata del primer tanque de salmuera de la
historia.
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Lunes 21: Se vende el Coliseo
Los movimientos telúricos de la Banca y sus
inexorables desplazamientos de continentes (Hispano hacia
Santander, Vizcaya hacia Bilbao) están dejando libres metros y
metros cuadrados de oficinas principales en Sevilla. Ahora, el
BBVA pone en venta el Coliseo España. El edificio que el olvidado
Florentino Pérez Embid, en sus tiempos de director general de
Bellas Artes, salvó de la piqueta al sacarse de la manga la
declaración de monumento de interés local, cuando el
regionalismo arquitectónico no estaba valorado y lo iban a
derribar. El edificio iba para Teatro Reina Victoria y allí dicen
que Concha Piquer debutó en Sevilla. Con la II República quedó
en cine y en Coliseo España: de Reina, nada. Tras la guerra civil
fue el gran cine elegante de Sevilla, donde no sabía la gente que
trabajaba de oficinista Diego Martín Núñez, el represaliado ex
director del diario republicano "El Liberal". Cayó en
la crisis del cine y del teatro tras la llegada de la TV, cuando
derribaron el San Fernando. Lo compró el Banco de Vizcaya, que lo
vació enteramente por dentro y no dejó ni recuerdo de la famosa
lámpara del Coliseo. En el espíritu del 28-F puso allí un
supuestamente andaluz Banco Meridional del que nunca más se supo.
Ahora, el Coliseo se vende. Verá usted lo que tarda en querer
comprarlo un acuífero y sevillano empresario de hoteles con
encanto que yo me sé, al que aquí el Amigo no ha dejado dirigir
el baile de los seises.
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Domingo 20: Partir el bacalao
De una tiendecita en la calle Imagen, antes del
ensanche, en una Sevilla de tranvías y cartillas de
racionamiento, a los miles y miles de metros cuadrados de naves en
la Carretera Amarilla y en otros polígonos industriales de
Andalucía y Extremadura. Del papel de estraza de "Manolo,
ponme ocho reales de bacalao, que lo voy a hacer con papas",
a las máquinas que elevan los palets a las estanterías
industriales de las toneladas de latas, de chacinas, de salazones,
Escocia entera allí y media Noruega. Del arqueo a la noche de un
cajón de perras chicas y perras gordas, a la facturación anual
de más de quince mil millones de pesetas, codeándose con las
grandes empresas andaluzas de los grandes apellidos, con la
Abengoa de los Benjumea, con la Ybarra de los Ybarras. No hizo en
su vida otra cosa que trabajar, y ahí radicó la razón de su
aparente milagro comercial. Empezó como dependiente, con un baby
de crudillo, se estableció luego, y nunca tuvo pujos de grandeza
ni de pintamientos de mona en la Sevilla de los barquinazos de
quienes tiran el dinero. Ayer, tras una misa ante su Cristo de
Burgos, enterraron a Manolo Barea Ginés. Barea partió el bacalao
porque sabía que la mejor forma de partir el bacalao era
trabajar. Los que lo conocimos y lo apreciamos sabemos que Manolo
Barea era de esos tesoneros sevillanos cuya nobleza está más que
probada en la Real Maestranza del Trabajo.
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Sábado 19: Metáfora del seismo
Para movida, movida, lo que se dice movida, la de
la otra noche. Pero como era un día entre semana, y no había
movida, ni botellona, pasó inadvertida. Nos referimos al
terremoto que hubo en Sevilla sin que Sevilla se enterara. A la
hora de la movida, se movió la tierra. Pero como era un terremoto
sin oficina de prensa, sin jefe de relaciones públicas, sin
asesor de imagen, apenas un seísmo, no le echó cuenta nadie. Un
terremoto no crean que tan leve. No fue ciertamente como el
terremoto de Lisboa del día de Todos los Santos de 1759, cuando
es tradición que Santa Justa y Rufina aguantaron la Giralda para
que no se cayera. Pero fue del 3,6 de la escala Ritchter, que es
justo la mitad del último terremoto en condiciones que sentimos,
el de febrero de 1969. Puede ciertamente hacerse una metáfora del
terremoto. En el mundo, hoy, hay muchísimos movimientos que aquí
pasan inadvertidos. Como cuando se producen esos movimientos la
ciudad está dormida, ajena a su eterna fiesta de la calle,
Sevilla no se entera. Y así nos va.
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Viernes 18: Movida
extraterritorial
¿Qué dirían si el Tribunal Superior de Justicia
de Andalucía dictara una sentencia en la que dijera que la
Guardia Civil se tiene que ocupar del tráfico en la Nacional IV o
que Correos tiene que repartir las cartas todas las mañanas? Algo
así es la sentencia del TSJA sobre el Ayuntamiento de Sevilla y
la movida o botellona. Mal andan tienen que andar las cosas cuando
las sentencias judiciales han de convertirse en cartuchos de
rabitos de pasas para recordar obligaciones y dar tirones de
orejas ante las dejaciones. En el Estado de Derecho, el estado de
las obligaciones a veces es de pena. Una sentencia como para
ruborizar a los responsables, ante la dejación de funciones, si
es que se ruborizaran por algo. Las niñas de Sanlúcar podrían
cantar: "Aunque parezca mentira, no se ponen colorados con la
movida, no se ponen colorados con la movida..." Si el
Ayuntamiento no es capaz de actuar contra los excesos de la
movida, ¿de qué es capaz? En la practica, en Sevilla hay
territorios de jurisdicción exenta, como los antiguos de la Orden
de San Juan de Acre, donde el Ayuntamiento no manda nada, como si
no tuviera competencias. Esos territorios extraterritoriales de la
(in)competencia municipal son, entre otros muchos, la movida, Las
Tres Mil y los gorrillas.
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Jueves 17: Naranjas doblemente
amargas
Pocos días antes de que nos llegue la sorpresa
infinitamente nueva del primer azahar de cada año, empiezan a
recoger las naranjas que medio se estaban ya pudriendo en los
árboles callejeros de Sevilla, y que se caían por su propio
peso, por la fuerza de la gravedad y por la fuerza de la
indolencia burocrática de esa Delegación de Parques y Jardines
que no se preocupa de los arboles más que para aplicarles la
eutanasia de talarlos (vean la Plaza de Pilatos y lleven abundante
provisión de pañuelos para hartarse de llorar). La recogida de
naranjas amargas ha empezado por La Palmera e islas adyacentes.
Este año, más que recolectarlas a ordeño, con escaleras, las
están vareando. De modo que los operarios van tirando las
naranjas al suelo y luego las recogen con una pala para
depositarlas en sacos como de movimiento de tierras. Por último,
un camión con brazo articulado eleva las sacas y las vuelca,
espachurradas, a su batea. Si de ahí sacan mermelada, como se
dice, ya es mérito. Seguro que las usan como combustible por su
poder calórico y santas pascuas. De la legendaria mermelada
amarga de los naranjos de Sevilla, la que contaban que cada
mañana tenía en su mesa de desayuno la reina de Inglaterra, no
se acuerdan ya ni los numerarios de la Academia de Gastronomía.
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Miércoles 16: El sillón vacío
A las elecciones municipales les pasa como a las
obras de las calles: que no se acaba una cuando ya empieza otra.
Son como la calle Virgen de Luján o como Felipe II, pero con
urnas. Cuantas más elecciones, más bajo el tono de protagonismo
municipal en el perfil casi plano de la vida de Sevilla, más
desconocidos sus concejales, con menos personalidad el alcalde. Un
ejemplo: en el primer ayuntamiento de la democracia, el concejal
de Fiestas, el poeta Ortiz Nuevo, era más conocido en Sevilla que
el propio alcalde hoy. Con decir que hay ya en perspectiva un
candidato que suena mucho más que los que están ahora dentro del
Ayuntamiento. Nos referimos a Pepenúñez, que se escribe José
Núñez Castain y se pronuncia Pepenúñez. Los que quieren
promoverlo a la alcaldía hablan otra vez de la estrategia del
sillón vacío para justificar la necesidad de que Núñez, que
fue el gran animador turístico en la Junta, sea quien coja el
bastón y la batuta en esta ciudad donde todos somos ya
recepcionistas de hotel, metres de restaurante, camareros de bar,
o vendedores de billetes del AVE, la primera factoría de la gran
industria hostelera local. Aunque con Pepenúñez de alcalde
cabría otra interpretación del sillón vacío: cambiará el
mandado que se sienta en ese sillón, pero no quien manda a por
café al que allí se sienta; que con Núñez tendría mucho más
fácil el servicio de cafetería.
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Martes 15: Cuatro ficus
En las cuatro esquinas de la plaza de San Pedro,
los cuatro ficus. Dicen que monumentales. Los definiríamos mejor
como milagrosos. Es milagroso que en esta Sevilla arboricida hayan
sobrevivido a lo largo de los años, especialmente en la época en
que Parques y Jardines creía que sus raíces aéreas eran ramas
secas y las cortaban inmisericordemente. ¿Centenarios? No
sabemos. Pero unos cuantos de quinquenios sí que cobran. Los
hemos visto ahora temblar, porque se ha fijado en ellos el
Ayuntamiento que ha talado (no podado, talado) los árboles de
Manuel Siurot hasta delante de la mismísima Consejería de Medio
Ambiente. Consejería que impide que se toque una sola encina de
la Sierra Norte, mientras mira hacia otro lado con respecto al
arbolado callejero de Sevilla. Esperemos que los ficus de San
Pedro, que han sobrevivido por sí solos tantos años, se salven
de la reordenación de la plaza que anuncia Parques y Jardines.
(Por cierto no hay que confundir los ficus con los magnolios, a
pesar del relativo parecido de sus hojas. El magnolio es el
continuo homenaje de Sevilla a Luis Cernuda, sin centenario, sin
monumento y sin estos cernudianos de ocasión que están surgiendo
hasta de debajo de las piedras del ruiseñor; poema de "El
ruiseñor sobre la piedra" que, como "Ocnos",
tampoco han leído.)
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Lunes 14: El cartel del Consejo
El cartel del Consejo de Cofradías no es un
cartel: es un cuadro. Pero los capillitas del Consejo están
encantados con el cartel de Semana Santa que les ha pintado Manuel
Sánchez Arcenegui. Y eso que les ha colado como cartel el retrato
de un niño vestido de acólito, con dalmática de la hermandad de
San Isidoro, naveta en mano, delante de la Puerta del Perdón de
la Catedral. El pintor les ha vendido la burra diciéndoles que el
cuadro representa la paz, la concordia y el perdón. El perdón es
por lo de la puerta, ¿captan el sutilísimo matiz? La paz es más
difícil entenderlo. La Paz no pasa por delante de esa puerta:
sale hacia San Gregorio desde la de los Palos. Y la concordia,
será por la casi centenaria del Gran Poder y la Macarena. Sin
nazareno, sin paso alguno, sin Cristo, sin Virgen, quizá somos
unos antiguos y no comprendemos la profunda simbología del
retrato de este niño, que anuncia la Semana Santa como podía
pregonarla el retrato de un sillero en La Campana, el retrato de
un guardia municipal en el cruce de Rioja-Cerrajería o el retrato
de aguador de la cuadrilla de Antonio Santiago. Nos queda la duda
del niño en sí. ¿Es un hijo de Román, un sobrino de Antonio
Ríos? El niño tiene que ser tela importante para que todos
estén tan contentos con el puñetero niño...
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Domingo 13: El Tío Vaina
No, no es una errata teatral ni un salto de
letras. No nos referimos a "El Tío Vania", la obra de
Anton Chejov que con dirección y montaje de Miguel Narros se
representa con éxito en el Teatro Lope de Vega. Es que hemos
visto el título de esa obra en los carteles y nos ha parecido al
revés de lo que decimos al principio de estas líneas. Que lo que
era una errata era lo de "Vania": que no era "Vania",
sino "Vaina", "El Tío Vaina". De tíos vainas
está Sevilla empetada, almacigadita. Los hay a cacimbocadas.
Tomándolo de la realidad, cualquiera tendría argumento sobrado
para escribir esa obra teatral que fuera reflejo de nuestro
rabioso tiempo y de nuestro más cercano espacio. Tantos vainas
hay en Sevilla, que hasta se podría hacer un concurso de ellos.
Vainas con puesto fijo en la Championlí de Vainas, vainas que se
tienen asegurado su pase a la Uefa de los Vainas, vainas campeones
de Copa. El concurso estaría reñidísimo. Basta mirar los
periódicos. La prensa sevillana es cada día un concurso de
vainas. Hay criaderos de vainas, reservas de vainas, senados de
vainas, selecciones juveniles de vainas. Raro es el día que no se
celebra una Exaltación del Vaina. El vaina es una especie
sevillana que no corre desgraciadamente el menor riesgo de
extinción.
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Sábado 12: Dream Team para el
PGOU
Ynzenga, Magnano, Gilmet, Zoido y Busquets... Si
se cantan esos cinco nombres despacito, con locución de Manuel
Melado, por los altavoces de un estadio, falta el
"¡bien!" detrás de cada uno de ellos. Porque parecen,
por lo menos, la delantera del Barsa. Pero no lo es. Es la
delantera del Dream Team del nuevo PGOU. Las cinco lumbreras que
se ha buscado Manuel González Fustegueras para que aporten sus
ideas brillantísimas al planeamiento futuro de la ciudad. Salvo
el profesor Florencio Zoido, catedrático de Geografía de la
Hispalense, que se conoce el paño de la ciudad, los otros vienen
como tirados en paracaídas. No dudamos de la genialidad de sus
ideas, sino de su conocimiento del medio al que van a meter el
lápiz, organizándonos nuestras vidas. Su futuro de usted, el de
su barriada, el de los parques para que jueguen sus hijos, los
colegios de sus venideros nietos, el aparcamiento de su coche, la
futura vida cotidiana de todos será decidida por unos señores
que de momento tienen que mirar el mapa para saber dónde está la
calle Sierpes. Así se escribe la historia. La historia del manto
de Penélope del urbanismo sevillano. Manto de Penélope... Cruz,
claro, qué cruz. Un manto que, por cierto, nos debe costar, con
tantas estrellas internacionales, más que si lo bordaran en el
taller de Brenes.
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Viernes 11: Vicerrectores
macarenos
A lo mejor hasta lo hemos inventado nosotros, o un
discípulo nuestro, pero el nuevo tópico dice que en Sevilla
nadie sabe quién es el rector de la Universidad y en cambio todo
el mundo conoce quién es el hermano mayor de la Macarena. Un
cabildo de hermandad tiene a veces tanta importancia como unas
elecciones municipales, por el poder que se les da a las
cofradías, o que se toman las cofradías, que mandan en Sevilla
mucho más que el "lobby" judío en Nueva York. Puede
que lo del rector no sea completamente cierto, pero sí lo de los
virrectores. En el rectorado virtual macareno, hay dos
vicerrectores: el capataz de la Esperanza y el capitán de los
armaos. A ésos sí que los conoce muchísima más gente que a los
vicerrectores de la Universidad. Usted preguntaba ayer quiénes
eran los vicerrectores y, como siempre, nadie sabía decírselo.
Pero preguntaba en cambio quién era el nuevo capataz de la
Macarena y el nuevo capitán de los armaos y todo el mundo podía
decirle que eran Antonio Santiago e Ignacio Guillermo Prieto. (Por
cierto, capataz Santiago: a ver si con usted conseguimos que
cuando la Madre de Dios vaya por Anchalaferia hacia La Campana
aquello no sea un paso de 16 válvulas turbo, y que no derrape al
tomar la revirá de la Cruz Verde hacia la Correduría.)
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Jueves 10: El pan de los vovis
Como los plátanos de Canarias, cada día un
proyecto. Por lo menos. Ahora, la reordenación de la calle Betis.
Con lo de siempre: aceras más anchas y menos superficie para la
calzada de circulación de los coches. En Betis harán el mismo
embudo de coches que han dejado últimamente en Arfe tras las
obras. Suprimirán un chaparrón buenecito de plazas de
aparcamiento en superficie. Hasta que no haya un solo aparcamiento
en superficie, no pararán, para ganancia de promotores de
estacionamientos subterráneos de paganini. ¿Ha hecho alguien las
cuentas de la vieja de esta política de aparcamientos? Esas
cuentas se echan poniendo números a las siguientes preguntas: en
los últimos diez años, ¿cuántas plazas de aparcamiento se han
suprimido con la política de aceras más anchas y de atajar la
calle, que no aparque nadie? ¿Cuántas plazas de aparcamientos
públicos, no para vecinos en propiedad, sino para todo el mundo,
se han construido? ¿En cuántos vehículos más ha aumentado en
este tiempo el parque automovilístico de Sevilla? Echadas las
cuentas, pueden comprar en las rebajas los pañuelos para llorar,
que ahora están muy baratitos. Lo que más me extraña es que los
vovis no protesten contra esta política de aparcamientos. Les
están quitando el pan que con tantas fatiguitas, coche a coche,
euro a euro, se ganan.
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Miércoles 9: Calle Baños bis
en Nervión
El embudo de circulación de la calle Baños es
más que conocido, y hasta los vecinos salen a los balcones y a
las páginas de los periódicos para protestar por el concierto de
bocinas que dan los conductores impacientes. Lo de la calle Baños
es tan tradicional de Sevilla que hasta tiene su versión de
extrarradio en la ciudad de la Milla de Oro. Hay una calle Baños
bis, que es la avenida de San Francisco Javier, y más en estos
días de rebajas en El Corte Inglés y en las tiendas que rodean
el Nervión Plaza. Si en la calle Baños las colas de coches
llegan hasta Torneo, en la calle Baños bis de San Francisco
Javier alcanzan hasta el edificio del Sevilla 2, y más cuando se
coloca un guardia municipal para regular el tráfico en la esquina
de Eduardo Dato. Aquellos polvos de macizar de edificios los
contornos del Sánchez Pizjuán nos traen estos lodos de no poder
ir en taxi al Corte Inglés de Nervión sin antes pedir un
crédito, para poder pagar la fortuna que marca el aparato en su
buena media hora larga de embotellamiento hasta que se llega.
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Martes 8: Muy Lotera Ciudad
En Sevilla no ha tocado ni un duro en la Lotería
de Navidad, ni un euro en el Sorteo del Niño. Esto no es de
ahora, es el viejo sino de la mala suerte de Sevilla con la
lotería. Para una vez que tocó el Gordo de Navidad, fue en los
años 50, cuando cayó en la Lotería de la Europa, pero resulta
que Escámez había falsificado muchas más participaciones que
décimos y billetes tenía en la caja. La paradoja es que pocas
ciudades hay tan loteras como Sevilla. En pocos sitios se ven
tantos vendedores de lotería no sólo por la calle (los de
Sierpes, los de las Cuatro Esquinas de San José), sino por los
bares y restaurantes, por los hipermercados, por la estación de
Santa Justa, por el aeropuerto, por la estación de autobuses.
Hasta por las plantas de los hospitales pasan habitualmente los
loteros, ofreciendo la suerte a los familiares de los que, de
momento, no la tienen y están allí ingresados. Así que a los
títulos de Noble, Leal, Heroica y Mariana hay que añadir: Muy
Lotera Ciudad de Sevilla. En lo de "ciudad alegre y
confiada" que, tomado de Jacinto Benavente, se suele aplicar
a Sevilla, lo de "alegre", ya se sabe: es por la fiesta
continua, por la continua feria, por las delegaciones municipales
de Cultura y de Fiesta; pero lo de "confiada" debe de
ser por la fe enorme que tenemos en la lotería. En cuanto a la
mejor lotería, que cuando no toca dicen que es el trabajo, miren
las estadísticas del paro...
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Lunes 7: Cabalgata acarnavalada
Mañana de Cabalgatas de barrios, como un Corpus
Chico o Corpus de la Magdalena de la noche de la Ilusión. Y en la
mañana de tractores y de caramelos, otra vez el esplendor de las
bandas. Hay que matizar aquel axioma sevillano que sentenció
Pepito Caramelos: "La Cabalgata son los niños y los
caramelos". Y los tambores y las cornetas también. Con lo
que nos gusta aquí un tambor y una corneta, la mañana de Reyes
es ya como un anticipo del Domingo de Ramos. En el que hemos
descubierto la inmensa capacidad de creación y adaptación de las
bandas cofradieras. La música de la Cabalgata este año han sido
los gorilas, manos hacia arriba, manos hacia abajo. O el
"Moliendo café" que iban tocando los otros. O los
éxitos de Alejandro Sanz. Por un día, cesan las cursiladas de
los títulos de las nuevas marchas: "Desamparo de Alcosa",
"Gozos y Dolores de Torreblanca", "Vayamos todos
juntos a la casa del Señor de Triana". Como los músicos
tienen edad de discoteca, tocan música de discoteca. Y con ese
sonido al fondo, y con la conga colectiva de las gorras blancas
por la calle San Jacinto, piensa uno que, signo de los tiempos, la
Cabalgata se está acarnavalando. Con las comparsas de beduinos y
los tambores con son de chirigota, Sevilla tendrá un día que
reconocer el muchísimo Cádiz se le está entrando por las
puertas el 5 de enero.
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Domingo 6: Aquel trueno
empresarial
Veníamos de la iglesia del Corpus Christi, donde
habíamos asistido la misa por de Don Javier.
Con su solo nombre jumea el apellido. Una
importante concentración de esos abrigos azules de cachemira,
buenos, buenos, que el sevillano luce en los funerales de invierno
como el traje color garbanzo en las corridas de primavera. Nos
preguntó un conocido de dónde veníamos y se lo dijimos. Nos
hizo entonces el mejor elogio fúnebre que hemos oído de Don Javier,
mucho mejor que la homilía de aquí el Amigo. Nos dijo: "No
se ha dicho que Don Javier ha podido hacer estas cosas y
construido un imperio empresarial viviendo en Sevilla porque tuvo
el valor de hacer como si no viviera aquí. Se dedicó toda su
vida a trabajar, y no a pintar la mona, como tantos que se llaman
a sí mismos empresarios y apenas son negociantes. A Don Javier
nunca se le vio en una barrera de los toros, ni enganchó en
feria, ni montó caseta, y mucho menos casa en el Rocío. No fue
hermano mayor de ninguna cofradía, ni se compró una ganadería
de bravo, ni dio grandes fiestas, ni protegió flamencos o
toreros. Lástima que al final de su vida fuera conocido y saliera
retratado en los periódicos, porque cuando mayor poder tenía en
Sevilla era cuando no lo conocía nadie. Entonces sí que mandaba.
Su caseta de feria fue Focus, y su cofradía, las Escuelas de la
Sagrada Familia. Yo creo que Don Javier fue Don Javier gracias a
que aquel trueno nunca se vistió de nazareno."
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Sábado 5: Cabalgata y sociedad
civil
Esta noche, ya se sabe: Sevilla tirada a la calle,
padres con niños, abuelos con nietos, paraguas puestos del revés
para recoger el anticiclón de las Azores de los caramelos,
añadan los habituales tópicos de la ilusión y de Jacinto Idem.
El alcalde, de Rey Negro. Así sale más baratito, porque suelen
tiznarlo los de su propio partido. Y hablando de alcalde, la
teoría de la calle en fiesta y la labor municipal. Lo de esta
noche, que es una gran fiesta de la ciudad, se lo organiza al
Ayuntamiento el Ateneo, a cambio de casi nada, subvención de la
casa de Orfila al margen. En la Semana Santa, igual: el
Ayuntamiento se limita a los cortes de tráfico, porque todo lo
organizan y asumen las cofradías. En la Feria, tres cuartos de lo
propio: el Ayuntamiento pone las casetas y los farolillos, pero
todo lo demás lo hace la sociedad civil, como se dice
tópicamente. Es lástima que este protagonismo civil de la ciudad
se manifieste exclusivamente en las fiestas, de una cruz de mayo a
una velá de barrio. Si este protagonismo ciudadano funcionara en
cada momento del día, siete días en semana, 365 días al año,
seguramente la ciudad no daba este habitual perfil plano que sólo
se rompe en las fiestas.
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Viernes 4: Reyes Magos de
pescuezo
Los Reyes Magos son los padres. Eso es en todas
partes, menos en Sevilla. En Sevilla los Reyes Magos no son los
padres, sino tres señores que satisfacen su vanidad pagando al
Ateneo la morterá por encarnar (que es la palabra) a los Monarcas
de la Ilusión. Así ocurría hasta este año, en que hay un Rey
Mago de paganini que cumple con la tradición y dos Reyes Magos de
pescuezo. Un Rey Mago paga veinte millones por salir y los otros
salen por la cara... por la cara pintada de negro o por la cara
con la barba postiza. Una interpretación: el Rey Mago empresario
convida a Reyes Magos al Rey Mago alcalde y al Rey Mago
radiofonista. Otra interpretación: el alcalde sale de Rey Mago de
pescuezo, sin pagar una peseta de su bolsillo, porque cobra el
favor de la subvención que el Ayuntamiento le dio al Ateneo...
cuando Soledad Becerril era alcaldesa y la Docta cambió de Casa,
de Tetuán a Orfila. Y hay una tercera interpretación: como sale
Iñaki Gabilondo es como deberían salir todos, sin pagar un duro,
recibiendo como homenaje de la ciudad el honor civil del
acaramelado reinado por un día.
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Jueves 3: Rotondas de Los
Morancos
Redonda, glorieta, rotonda. De todas esas formas
las llama la gente. Nos referimos a esos horrores del urbanismo
viario que hacen para que los coches choquen sin necesidad de
semáforo en las confluencias de calles. Rotondas o glorietas que
parecen patrocinadas por los talleres de chapa y pintura y que en
Sevilla, como en toda España, están dando grandes frutos. Hasta
que haya en cada calle una glorieta para que los coches no puedan
seguir avanzando sin dar la vuelta, no van a parar. En Dos
Hermanas es de antología la sucesión de glorietas que han hecho
a la entrada de la N-IV y de la autopista de Cádiz. O en Sevilla,
la que estará hecha dentro de unos días en Virgen de Luján,
junto al puente de las Delicias. Bueno, pues desde las presentes
fiestas, cada vez que pasamos por una glorieta nos acordamos de
los camellos de los Reyes Magos de Los Morancos en el programa
navideño de la televisión. Menos mal que ante tanto absurdo
urbanístico, los humoristas trianeros han puesto una sonrisa. Lo
malo es que estamos todos como los camellos de Los Morancos, venga
a darles vueltas y vueltas a las glorietas.
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Miércoles 2: Don Javier
Tras restaurar Los Venerables para Focus, había
llegado a esa venerable situación de reconocimiento general que
les quita a las personas el apellido y se las conoce por su nombre
de pila, con el don de respeto por delante. En la Sevilla
empresarial, cultural, social, no había que aclarar que Don
Javier era don Javier
Benjumea. Aquel que en una Sevilla de peritos agrícolas se
hizo ingeniero de ICAI, y que con una moto Guzzi y unos alicates
fundó lo que habría de ser el emporio de Abengoa. Don Javier era
a la empresa en Sevilla lo que José Manuel Lara a las editoriales
en Barcelona; por algo el Rey los creó marqueses a los dos casi
al mismo tiempo. En una Andalucía sin burguesía emprendedora,
casi sin empresarios, Don Javier era la excepción, positiva oveja
negra de su propia clase social. Don Javier fue Explosivos
Riotinto, fue Cementos del Sur, fue Banco Hispano, pero sobre todo
fue Abengoa. Y desde el patrocinio de Abengoa, Focus y las
Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia. Lástima que el Rey
lo hiciera marqués de La Puebla de Cazalla. Su verdadero
marquesado fue Abengoa, en cuyo imperio, que empezó poniendo
cuadros eléctricos e instalaciones bajo plomo en las ya
derribadas casas bien del barrio de San Vicente, ahora nunca se
pone el sol de la maraña de empresas que facturan al año
tropecientos mil millones de pesetas que don Javier, ay, ya no
podrá presentar en un balance escrito en euros.
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