Anda
la osa, ¿pues no que se está celebrando en el Parlamento Andaluz el Debate de la
Comunidad y nadie sabe que se está celebrando? El mejor Debate del Estado de la Comunidad
es comprobar que nadie se ha enterado de que se está celebrando ese debate.
--- ¿Debate de la Comuni...
qué?
Debate de la Comunidad, que es
el mote que usan en vez del bendito nombre de Andalucía los que, a pesar de no creer en
ella, viven de ella divinamente, no vean la de tiempo que hace que están apalancados en
el poder. Cuando se celebra el Debate del Estado de la Nación, todo el mundo sabe por lo
menos que se está celebrando, aunque metan las televisiones las alcachofas de sus
micrófonos por la calle y al preguntar a la gente, los más responden:
--- Sí, sé que hay un
debate, pero yo paso...
Bueno, pues aquí ni siquiera
podemos pasar, porque no hemos llegado. Leo, por ejemplo, que interviene en ese debate en
nombre del PP un señor que se llama Manuel Atencia. Buen tema de concurso. Yo le daba una
semana de estancia en Cancún a quien en la calle Sierpes, o en la calle Larios, o en la
calle Columela, o en la calle Concepción, o en la Gran Vía supiera decirme quién
demonios es Atencia... (No, Atienza, no, Atencia; Atienza es el marido de Soledad
Becerril). No sé si han hecho la prueba de preguntar en una reunión quién sabe tres
nombres al menos de consejeros de la Junta de Andalucía. El problema de Andalucía y el
verdadero debate del estado de la Comunidad, que siempre es un estado políticamente
comatoso, es que no conocemos ni a los líderes andaluces de los partidos. Porque no los
hay. La gente, en el mejor de los casos, cree que quien lleva la voz cantante del PP en el
Parlamento Andaluz es Javier Arenas, porque a este Atencia o Atienza que ha dejado de
correturnos no lo conoce nadie. El más grave problema de Andalucía es que aquí la gente
conoce a más ministros de Madrid que consejeros de la Junta. El más grave problema de
Andalucía es que el debate del estado de la nación despierta siete mil millones de veces
más interés que el debate de Andalucía. ( Vaz de Soto: gracias por la cita de los siete
mil millones del otro día, verás tú en qué se quedan los siete mil millones de la
hipérbole andaluza cuando haya que convertirlos a euros...)
Y no es sólo el Parlamento
Andaluz. Es el propio PSOE que tiene la mayoría en ese Parlamento y, por ende, el
gobierno de Andalucía. En su condición de secretario general de ese partido que tiene
añadida la A como si fuera la G o la H aleatorias de los números del DNI (PSOE-A), veo
también en los papeles a Chaves retratado con los diecinueve aspirantes socialistas a las
alcaldías andaluzas, a los que han ganado en el aparcamiento de motos de Borbolla. Y como
el que no se consuela es porque no quiere, ha dicho Chaves: "El hecho de que los
candidatos no sean conocidos más que un lastre es una ventaja". Ojú, maestro, lo
que ha dicho usted... Vaya tela cómo tenían que ser los conocidos para que los
desconocidos sean una ventaja. ¿Tan sinvergonzones eran los conocidos, señor Chaves?
¿Tan mal lo han hecho los conocidos, señor Chaves?
Claro que aunque nadie sepa
que existe el Parlamento regional, ni que está celebrando un debate sobre esta
desolación a la que llamamos Andalucía, ni nadie conozca a los aspirantes a alcaldes
socialistas en las principales ciudades de Despeñaperros abajo, eso no importa. La mejor
demostración de que eso no importa es que Chaves está de presidente de Andalucía hace
ya un chaparrón de años y no pasa nada. Encuesta que hacen es encuesta donde el PSOE
vuelve a repetir su ventaja. Siempre he dicho que tú pones a un Manolito del Valle o a un
Monteserín cualesquiera en un buen puesto de una lista del PSOE y salen, vamos que si
salen... A los hechos me remito... ¿No salió Chaves, aun diciendo antes de las
elecciones que no quería venirse a Andalucía, que donde se está bien es en Madrid? Por
eso mismo, porque donde se está bien es en Madrid, Javier Arenas tiene a Andalucía más
perdida que el barco del arroz...