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Ni
Rato, ni Rajoy, ni Arenas. Para suceder a Aznar, Suárez. Ponga
un Suárez en su vida. El valor y prestigio de la marca. Si
quieres un reloj exacto, resistente, sobrio, piensas en un Rolex.
Si quieres un coche perfecto, sin tonterías, con potencia, que
las puertas cuando las cierres suenen a chapa buena y no a
batería de cocina de Lo Mónaco, piensas en un Mercedes. Cómo
será el prestigio de las marcas, que en la esquina de mi
barrio, las gitanas pregonan sus falsificaciones:
-- ¡Niña, la Chemí Lacós baratita!
Nada mejor que el PP haya ido al prestigio de la marca, al
Saint Laurent del diseño del futuro, al frasco de las esencias
de Chanel del porvenir. En España, los caminos hacia la
libertad y la democracia, el reformismo, el centrismo, la
coexistencia con las izquierdas, la potenciación de las
autonomías, la tolerancia religiosa, la permisividad social,
todo lo que entendemos por Europa, tiene un nombre, una marca:
Suárez. Nada más adecuado, pues, que el PP se haya asegurado
el futuro centrismo y reformismo de marca, no de garrafa ni a
granel, en botella de tapón irrellenable, que es la lorquiana
vieja moneda que nunca se volverá a repetir. Aznar de mayor
quiere ser Suárez, ya que no acertó a serlo de joven
engominado en Vallodolid, y para eso se ha dejado de tonterías
sucesorias y se ha ido a acertar con la marca. Si regalas un
bolso de Loewe o un cinturón de Moschino nunca quedas mal. Y si
pones a un Suárez, y encima Illana, en la ejecutiva, tienes
garantizadas las opciones de futuro del éxito .
Me encanta lo del niño de Suárez además por la parte
monárquica del asunto. No sé si monárquica, pero España es
al menos bastante dinástica. Sin salir de la familia, el
noviazgo de la niña de Aznar ha tenido casi tratamiento de
infanta de la calle Génova, Baqueira Beret incluido, donde
Alejandro Agag va de Urdangarín. Nada digo de las dinastías
del colorín: Isabel I Preysler e Isabel II Presyler, Rocío I y
Rocío II. La Casa Preysler o la Casa Jurado son, a estos
efectos, como la Casa de Borbón Dos Sicilias. Hasta en el
Petard System rige el sentido dinástico, y la señora Seisdedos
es un poco como la reina madre de las distintas ramas de Tamaras
y Porras. Su bolso, al fin y al cabo, es como el de la Reina de
Inglaterra, pero con ladrillo dentro. España, que el 14 de
abril se acostó monárquica y se levantó republicana, se
despertó definitivamente dinástica el 23 de febrero. Cuando
Aznar le pedía a Adolfo Suárez Illana que diera recuerdos en
casa se refería, naturalmente, a la Casa Suárez. Al cambio,
como la Casa de Hannover. En esta España dinástica teníamos
ya un Príncipe de Asturias y, ahora, un Príncipe de Cebreros,
por lo que propongo que el chaval gobierne estos reinos a
título de presidente con el nombre de Suárez II.
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