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Memoria de Andalucía

 Antonio Burgos

El Mundo de Andalucía,   sábado 26 de diciembre de 1998


González y Guerra en la ventana del Palace

González y Guerra en la ventana del Palace, vistos por Idígoras y Pachi

28 de octubre de 1982: González y Guerra en la ventana del Palace, vistos por Idígoras y Pachi

28 de octubre de 1982. Victoria del PSOE en las elecciones generales. Ganaron porque tenían que ganar. Era el generoso pago a los largos y grandes servicios recibidos por parte de la Casa Blanca y del gobierno de Bonn. Me explico, porque esta Memoria es de Caballería y aquí se explica todo, no es como en Infantería. Cuando Franco estaba en sus últimos años y su régimen reblandecido por la inevitable apertura a las libertades entonces pseudodemocráticas, el futuro de España era un peligro, decían, era un peligro para aquel Occidente del que el dictador había sido Espada y Centinela, léase pacto con los americanos y respaldo de Washington a la negación de libertades, mucho "In God we trust", pero el resto del mundo cristiano, que se las aviara como pudiera con sus dictaduras por ellos apoyadas. En España, frente a Franco, conviene repetir que apenas dieron la cara los comunistas, los demócratacristianos de Ruiz Giménez, los socialistas de Tierno Galván, los carlistas de ambas ramas, tradicionalista y autogestionaria... y para usted de contar. Portugal había hecho una revolución con claveles y el llamado mundo occidental temía una Península Ibérica volcada a la izquierda. Conocían, además, el movimiento pendular del reloj español de la Historia, el trágico juego de la oca: del absolutismo a la Constitución, de Alfonso XIII a la República, del Frente Popular al brazo en alto de los aliados de Hitler y Mussolini. Ahora, cuando muriera el dictador, era previsible otro movimiento pendular en la nación del Movimiento Nacional: de la dictadura de Franco a la dictadura del proletariado, o poco menos.

Fue entonces cuando vino el llamado Socialismo Renovado como el aceite a las espinacas para los planes de Washington y de Bonn sobre el futuro de la península ibérica. Se trataba de que España no se pasara de bloque, que no hubiera aquí un Otero Saraiva de Calvalho como en Portugal, un general Spínola con monóculo de la revolución como en Lisboa. En Suresnes, poquísimo antes, se había producido un secreto golpe de Estado, donde unos muchachos inexpertos desmontaron el histórico Partido Socialista de Prieto y, sobre todo, de Largo Caballero, y montaron la Pasarela Cibeles de un Socialismo de Diseño. Les llamaron Partido Socialista Obrero Español Sector Renovado, para diferenciarlo de los Históricos, que seguían con el rock duro de la misma banda del PCE y sus proyectos de ruptura democrática tras la muerte de Franco, gobierno provisional, referéndum sobre la forma de Estado y Cortes Constituyentes. Estábamos en la Europa "ligh" y el Socialismo de Diseño inventó la Izquierda Light a la medida de la inminente muerte de Franco.

Lo demás, ocurrió todo conforme a los designios de nuestros protectores extranjeros. Murió Franco. Fue proclamado el Príncipe de España y no de Merimée como Rey. La Falange se hizo la revolución pendiente del "harakiri" aplazado desde el final de la I Guerra Mundial. Un hombre del Movimiento como Adolfo Suárez trajo la democracia. Sobre los restos del naufragio de la dictadura, con injertos de grupúsculos de la "sopa de letras" de la oposición burguesa a Franco, se montó la UCD. Y con todo el apoyo internacional, que no falte de, aquellos muchachos que en Suresnes hicieron el Socialismo de Diseño lo bordaron conforme a la estrategia diseñada por sus padrinos y patrones. Se presentaron como la verdadera izquierda, cuando ahí estaba el Partido Comunista y las Comisiones Obreras. Se presentaron como los que más habían luchado contra el franquismo, cuando no habían dado un palo al agua. En las primeras de cambio no ganaron, porque todavía no se había producido el cambio. Eran un producto de marketing de los americanos y tenían un nombre comercial muy pegadizo vendible: el cambio. El cambio, en verdad, trataba de no cambiar nada, más que quitar a la UCD para ponerse ellos y hacer personalismo voluntarista en nombre del socialismo histórico. Izquierda sin izquierda, lo mismo que había cerveza sin alcohol y café descafeinado. Unos cuantos errores de la UCD y de Suárez, a la cabeza de ellos la autonomía andaluza y el referéndum del 28-F, precipitaron la caída de los transfranquistas.

"Tranquilo, Jordi, tranquilo", dijo el Rey a Pujol la noche de los tricornios largos del 23-F y "tranquilo, Tío Sam, tranquilo", dijo luego a los americanos la noche de 28-0, cuando España había dejado de ser centrista para ser socialista. Es un decir. Aquella noche, en verdad, empezó la frustración y decepción de diez millones de votantes bien intencionados y fue colocada la primera piedra de la Cultura del Pelotazo y de la Corrupción. No engañaron, empero, a nadie. Con la de hoteles sobrios y modestos que hay en Madrid, el autotitulado Partido Socialista Obrero Español se fue para celebrarlo al muy capitalista Hotel Palace, que como bien sabemos es donde paran todos los obreros españoles cuando van a Madrid como se fueron los dos diseñadores de Suresnes que se asomaron a la ventana para que, ay, ay, ay, no te mires en el río...

¿Desea sugerir alguna fotografía histórica para que Idígoras y Pachi y Antonio Burgos la incorporen a esta "Memoria de Andalucía"?

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