ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla,  27 de febrero  de 2016               
                             
 

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Es Par Taco

Como escriba del Faraón estoy teniendo el honor de poder conocer muy de cerca a otro gran torero de Sevilla: el señor Juan Antonio Ruiz "Espartaco". No crean que lo de "señor" lo he puesto como tratamiento protocolario: es la definición de la gran persona que es y de la categoría humana que atesora. Estar cerca de un toreo, fuera del artisteo de la Fiesta, en la intimidad de la charla y la amistad, te da el convencimiento de que todos los matadores lo son porque aparte de una técnica, un arte, una valentía, encierran un valor supremo: una filosofía, un modo de ver la vida. O si me apuran, un sueño, una locura. Sólo soñando o estando un poquito macandé se puede uno dedicar a un oficio con tanto peligro dentro y fuera de las plazas, donde es tan difícil llegar y mucho más mantenerse, como Juan Antonio estuvo en cabeza del escalafón todos los años que quiso y un puñaíto más. Por todas estas razones, comprenderán que me he alegrado no mucho, sino una jartá, de que a Espartaco le hayan entregado el VIII Premio Taurino de ABC. Ya lo felicité cuando se lo concedieron. Lo llamé y me confesó con esa como juiciosa ingenuidad con que se expresa, que encerrar suele tanta hondura como la de su toreo:-

-- ¿Pues sabes tú, Antonio, que estaba yo este año escamado y un poquito mosqueado? De ABC siempre me llaman para que sea jurado del premio taurino, que suele ser por estas fechas. Pero pasaban los días y no me llamaban: "¿Lo habrán quitado, con esto de que todo el mundo está contra los toros?", llegué a pensar. Hasta que una tarde me llaman de ABC, y cuando yo creo que es para decirme qué día se reúne el jurado, resulta que es para anunciarme ¡que me lo han dado a mí. ¡Chiquillo, qué alegría!

La misma que tenemos tus partidarios, Juan. Y es lástima que algunos no hayamos podido acompañarte en la entrega, porque creo que en el discurso estuviste cumbre. Como sueles. Los toreros no sólo paran, mandan y templan con capote y muleta, sino con la palabra. Romero dice dos palabritas para dar las gracias por algo y sanseacabó. Acaba con el cuadro. Pero con el cuadro de Las Meninas, no cualquier cuadro. Y su gran amigo Juan Antonio Ruiz "Espartaco", lo mismo. No de ahora, ya en la madurez del torero retirado que vuelve a Sevilla para salvar a la plaza y a la afición en un inolvidable Domingo de Resurrección que le vale el premio de ABC. Espartaco sabe hablar muy bien. En petí comité son una novela las historias de su vida que cuenta, entre el humor y la tragedia. Y en público, acaba con el cuadro. Pero con el cuadro de Las Lanzas, por no salir de Velázquez. Me acuerdo de la cena de Reyes Magos de 1987, en el Alfonso XIII. Aquel año, Juan Antonio había sido Melchor; Jesús Aguirre encarnado a Gaspar; y Rodríguez de la Borbolla, a la sazón presidente de la Junta, a Baltasar. Llegaron los discursos en la cena del Ateneo, y Aguirre, con todo su golpe de Real Academia Española, estuvo más bien fú que fá. Borbolla habló en presidente de la Junta. Pero se levantó a hablar Juan Antonio Ruiz, sin papeles, se abrió de capa y de palabra con la cultura agraria que tiene siempre el toreo al fondo, ¡y le mojó la oreja a los otros dos ilustres oradores! La gente salió hablando del discurso...¡del torero!, no del discurso del académico ni del político. -

Creo que en la cena del Premio Taurino de ABC ha sido algo por el estilo. Espartaco, como siempre que habla en público, ha estado cumbre. Como las grandes figuras del toreo en su oratoria, ha puesto en palabras la filosofía y la visión del mundo que en sí es la Fiesta. Dijo: "A veces los toreros seguimos soñando con cosas que son imposibles". Ahí queó. Como en la plaza y como cuando habla, formó el taco. Aunque Espartaco está en el taco, porque supo sacarle a los toros que cuajó los cortijos que traen en el lomo, dice las cosas con humildad, respeto y verdad: "Ojalá en estos momentos podamos llevar a España al sitio que merece". Óle. Con su toreo armó el taco. Con sus discursos arma el taco. Porque se jugó la vida ante el toro tantos años, está en el taco. Las tres sílabas de su propio nombre artístico lo dicen: Es Par Taco...

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