La
Junta está con Aznar que se sube por los terraplenes de la balsa tóxica de Aznalcóllar.
Este hombre, Aznar, dicen, que es muy poco detalloso, y que hay que ver, vecina, ¿pero ha
visto usted qué poca vergüenza?, que se ha metido en todo el fregado de Entremuros para
ver cómo va el vertido de las aguas tóxicas descontaminadas, quién las descontaminará,
el descontaminador que las descontaminare buen descontaminador será. Y todo esto, vecina,
sin haber tenido la delicadeza de llamar a Chaves:
--- Manolo, que voy para
allá...
Mientras Chaves aparece como
distante, cuidando sólo la dalia de los Montpensier en San Telmo, ante la mayor
catástrofe ecológica de la historia andaluza, Aznar da una imagen de preocupación, de
que Doñana le quita el sueño. De ahí el mosqueo de la Junta. Y de aquí el tanteo de
visita. Como el gobierno (central, no se olvide) de Madrid y el gobierno (autónomico, no
se olvide) de Sevilla no tienen problema de entrenador como el Betis, funciona el marcador
de visitas al mayor desastre ecológico que vieron los siglos. José María García podía
conectar con Doñana en el carrusel nada deportivo del desastre de los desastres :
--- Y ahora conectamos con el
estadio de Entremuros, donde el marcador de visitas arroja un nuevo tanto de Aznar y se
pone en Aznar, 2; Chaves, 1, cuando van transcurridos tres meses de juego...
Aznar recorre el loderío con
poderío, en los de Chaves señoríos jurisdiccionales. A Aznar le enseñan un tubo
gordote de los ensayos con gaseosa con el agua ya descontaminada que se irá a los baños
como el río de los dineros de María Manuela, ¿me escuchas? Aznar vino un día de
Semana Santa con Tony Blair a Sanlúcar de Barrameda, para que Emilio Morenatti le hiciera
en Bajo de Guía la foto de la manzanilla, manzanilla, eres rayito de sol. Ahora, como si
fuera un catavinos de La Gitana, o de La Guita, o de San León, o de Los 48, levanta el
matraz del agua descontaminada. Y al lado, como si fueran los padres de la niña del
anuncio de Catalana de Occidente, Torres Hurtado y Pérez Miyares, en plan mi papé lo
arregla todo, todo, todo...
Esto de las visitas
presidenciales a Doñana a estas alturas de desastre me parece aquello de no moverlo, que
es peor. Ya lo dice el clásico: las catalinas, cuanto más se mueven, más huelen. Y
aquí ha habido catalinas para dar y repartir, y responsabilidades que han cubierto de
excrementos a todos. Digo que me parece contraproducente que sigan visitando los efectos
de Boliden, porque visita que hacen, otra vez el nombre de Doñana que sale a relucir por
todo el mundo. Dicen que el desastre ecológico de Doñana nunca existió, como el título
de aquella película de El hombre que nunca existió, con cadáver de piloto
americano de la II Guerra Mundial que apareció en las playas de Palos de la Frontera.
Dicen (ahora, pero lo dicen), que la llamada catástrofe de Doñana no ha afectado
a Doñana propiamente dicha, sino solamente al Lucio del Cangrejo. Inútil empeño. Ante
el mundo, los españoles en general y los andaluces en particular hemos quedado como los
que elegimos a unos políticos tan ineptos que les estalla la presa de Aznalcóllar en las
manos y no se quieren enterar, ye, ye, y se les fastidia el invento del paraíso de
Doñana y no les queda más remedio que agachar su cabecita, decir que lo blanco es negro.
Luego contrimás vayan los presidentes, a Doñana, sean presidentes autonómicos,
sean presidentes centrales, peor. Aznar está muy bien levantando su copa de manzanilla en
Doñana, que es una imagen de riqueza y de cultura de Andalucía. Pero Aznar mienta la
soga en casa del ahorcado levantando en Entremuros el tubo de ensayo gordote con el agua
descontaminada, mientras Pérez Miyares y Torres Hurtado van de niños de anuncio de
Catalana de Occidente:
--- Pues mi presidente lo
arregla todo, todo, todo...