Diario El Mundo Pinche para tener información sobre el libro

El Recuadro

 Antonio Burgos

El Mundo de Andalucía, miércoles 23 de diciembre de 1998


La bucrocracia según Almonte

rocio.jpg (12521 bytes)
No todo es milagro de la Blanca Paloma

He llegado a la triste conclusión de que el nacionalismo andaluz es un sueño imposible que evoca quimeras. Aquí nunca puede haber, por ejemplo, un Setién ,porque los obispos nos los manda el Vaticano todos de por ahí arriba, de Valladolid tirando corto, y la gente los recibe encantada. La Iglesia vasca que habla euskera es aquí la Iglesia andaluza que habla en los púlpitos con un perfecto acento castellano que les enseñan en los seminarios, si es que todavía hay seminarios y no se los han vendido todos a la Junta. Los que podrían haber sido los nacionalistas son los cómplices del Partido de Guadalajara y entretienen sus ocios y lavan su mala conciencia de colaboracionismo con el enemigo reclamando la sevillanidad de un pintor de la Corte de Madrid como es Velázquez.

Pero quedan en Andalucía pueblos y ciudades nacionalistas. Podríamos haber conseguido el nacionalismo andaluz sumando estos nacionalismos locales, que haberlos, haylos. Existe, por ejemplo, el nacionalismo gaditano. El gaditano cree (y con toda la razón) que Cádiz es lo mejor del mundo, mundo que acaba en las Puertas de Tierra. El otro día firmé mi última obra en la librería del Cortinglés de Cádiz. Que está en el Trasmuro, como cincuenta metros fuera de las Puertas de Tierra. A la noche, en La Viña, una gaditana me decía:

--- Hombre, Antonio, si la firma hubiera sido en Cádiz habría ido...

Firmar un libro cincuenta metros más allá de las Puertas de Tierra no es firmarlo en Cádiz. Es firmarlo en Puertatierra, que es otra cosa. Por el nacionalismo. Nacionalismo que igualmente funciona en Jerez ( "Viva España y Jerez", lo dice todo), y que existe también en dos espléndidos pueblos de la provincia de Huelva: Lepe y Almonte. Lepe se codea, como nación que es, con Cataluña y con la Unión Europea vendiéndoles fresas. Y Almonte, siendo finibusterre, se siente centro del mundo. Yo hoy quiero hacer el elogio de ese Almonte maravillosamente nacionalista, que tiene hasta su propia habla, su singularísima entonación. Vas a Almonte y palpas el dinero que le viene de sus tres grandes recursos, sobre los tradicionales del campo y del esfuerzo: el Rocío, la Playa y el Coto. Término grande y pueblo rico, yo quiero hacer hoy el elogio del Ayuntamiento de Almonte, modelo de servicio al vecino y al contribuyente en su burocracia. Como socio fundador que soy de la Playa de Matalascañas y andando de artistas en mi casa morada de la Colá de la Higuera, he tenido que vérmelas por tres veces con el Ayuntamiento almonteño. ¡ Qué maravilla de burocracia ! ¿Sabes ustedes que el nacionalismo almonteño hasta pone azafatas que le acompañan a uno por los despachos municipales donde tiene que hacer el papeleo? Y una informatización que ya la quisiera Bill Gates. Quieres saber si has pagado la plusvalía, y, zas, teclazo y como ésta. En dos minutos. Sin cola. Quieres ver si te dieron el permiso de obra, y una diligencia que ni la de John Ford: "Su expediente va a la comisión informativa del martes y el jueves tiene usted la comunicación..." Los que nos hemos pasado las horas muertas en esa Plaza de la Encarnación, en ese Mercado de Entradores, pensamos que el Ayuntamiento de Sevilla, todos los ayuntamientos andaluces, deberían aprender de la burocracia almonteña. Que no todo en Almonte es milagro de la Blanca Paloma, sino también orgullo nacionalista almonteño de las cosas bien hechas.


Pinche para conectar con El Mundo, edición íntegra en Internet
Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España.
 

Portada de "Reloj, no marques las horas"

¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


Volver al comienzo de esta página

Regresar a la pagina principal


 

Enviar correoCorreo

banderandalucia.gif (1172 bytes)